Cuando en 2012 el huracán Sandy arrasó la ciudad de Nueva York una de las imágenes símbolo que sirvieron como motivación y esperanza para comenzar de nuevo fue una estatua de la Virgen María que, no obstante la violencia de la naturaleza, quedó en pie (véase la imagen en este enlace). La historia, por así decir, se repite ahora en la asolada Filipinas, país que ha padecido un fuerte terremoto a mediados de octubre de 2013 y luego, en noviembre, el azote feroz del supertifón Haiyán (que ha supuesto 10,000 muertos, 5 millones de afectados y 300 mil desplazados).
 
La imagen en pie ha significado para miles de filipinos la cercanía de la madre que ve a sus hijos sufrir mientras ella misma también sufre pero que se queda en pie para que ellos no se desplomen moralmente. Y aunque seguramente no se trata de un milagro estrictamente dicho, la estatua en pie de María no deja de ser un aliento que inspira y sostiene precisamente cuando millones de personas más necesitan ese apoyo y la figura de la mamá que consuela y, con su fortaleza, anima a mirar el futuro.