Aunque en honor a la verdad, es muy poco lo que sobre este papa se conoce, parece en todo caso que por lo que se refiere al final de su reinado, sí estaríamos ante una renuncia en toda regla, que podría ser la primera en la historia de la Iglesia.
 
            El Liber Pontificalis de Duchesne sostiene que nació en Roma y que su padre se llamaba Calpurnio. Según el Catálogo Liberiano de los Papas del s. IV, habría sido elegido para ocupar el trono de Pedro el 21 de julio de 230 sucediendo a Urbano I, y habría reinado hasta el 235.
 
            De su reinado conocemos que hereda el llamado Cisma de Hipólito, un hereje novaciano convertido en antipapa durante los pontificados de Calixto (217-222) y de Urbano (222-230), el cual vendrá a resolver de la más curiosa de las maneras hacia el final de su pontificado, aunque no conviene adelantar acontecimientos. Amén de ello, tras la condena de Orígenes en Alejandría producida en el año 231, Ponciano habría convocado en Roma, según recogen tanto San Jerónimo como Rufino, un sínodo ratificatorio de lo acordado en Alejandría.
  

           Pero el momento más importante de su pontificado tal vez se produzca cuando en el año 235, el Emperador Maximino Tracio comienza una nueva persecución al cristianismo. Una persecución que, en esta ocasión, se dirige certeramente hacia la cabeza de la Iglesia y de la que su víctima principal no es otro que Ponciano, desterrado a Cerdeña con un compañero de excepción, su antipapa Hipólito, a quien, como decíamos más arriba, reconcilia con la Iglesia precisamente en Cerdeña. Pues bien, en tan duras circunstancias, y según recoge el Catálogo Liberiano, Ponciano expresará su renuncia el 28 de septiembre de 235, procediéndose a la elección de nuevo papa en la persona de San Antero, que apenas reinará mes y doce días.
 
            Se desconoce el tiempo que Ponciano pasa en el exilio, pero por las actas martiriales que utiliza el autor del Liber Pontificalis, se sabe que muere como consecuencia de las privaciones y el trato recibido en las minas en las que fue forzado a trabajar o, según una tradición, a garrotazos, cosa que pudo ocurrir en el año 235, quizás el 28 de noviembre, o en el 236. Con todo lo cual, se da la curiosa circunstancia de que no sólo renunció, sino que incluso conoció el final del pontificado de quien le sucedió, y no una, sino hasta dos coronaciones papales posteriores a la suya propia.
 
            El Papa San Fabián (236-250) que sucede a San Antero manda a llevar a Roma los restos tanto de Ponciano como de Hipólito. Ponciano será sepultado el 13 de agosto en la cripta papal de la catacumba de Calixto. En 1909 se encuentra el epitafio original en la cripta de Santa Cecilia, con un texto que dice “Pontianus, Episk, martur” (Ponciano, Obispo, Mártir), donde la palabra “martur” habría sido agregada con posterioridad. El Martirologio Romano establece su fiesta el 19 de noviembre, aunque actualmente se celebra el 13 de agosto, fecha del traslado de sus restos a Roma.
 
 
 
            ©L.A.
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