Hace unas semanas este mismo portal publicó una noticia sobre María y su título de corredentora, y la posibilidad que pronto se declare esta doctrina como un quinto dogma mariano. Según la noticia, 570 obispos de todo el mundo y más de 8 millones de fieles lo han pedido a Roma. Es por ello, que creo necesario hacer este artículo, pero esta vez explicando esta doctrina desde la luz de las Escrituras, el magisterio y los Santos Padres de la Iglesia.

La noticia en cuestión puede ser leída aquí

¿Qué dicen las Sagradas Escrituras sobre el título de María como Corredentora?

Cuando hablamos de corredentora lo que estamos afirmando, es que María cooperó en la redención y su cooperación, por lo tanto, queda supeditada a la de su Hijo. No significa que es “igual al redentor” sino “con el redentor”, así entonces María sería la “mujer con el redentor” que venció a la serpiente antigua.

 Podemos, dar tres motivos básicos por los cuales María es corredentora, o sea que colaboró en la redención:

1. Obedeciendo a Dios:

Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia. (Lc 1,38)

2. Trayendo al Redentor al mundo:

Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin(Lc 1,31-33) 

3. Sufriendo junto a su Hijo al pié de la Cruz:

Y una espada traspasará tú misma alma, para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones. (Lc 2,35)

De estas tres formas, podemos ver la cooperación de María en la redención desde su primer si a Dios, un sí que cambió el mundo y la historia hasta el dolor que sentiría al pie de la Cruz cuando ve como los hombres matan a su amado Hijo. Ella compartió el dolor de perder a un hijo, sabiendo que era por la Salvación del mundo. Ese hijo el prometido por el ángel y que ella había traído al mundo, vencería a la serpiente antigua, del Génesis 3,15 en la Cruz. Y tal como enseña el Génesis, en ese combate había dos personas, la mujer y su simiente, ambos colaborarían para derrotar a la serpiente, y así fue como se hizo y se cumplió.

 ¿Los Santos Padres de la Iglesia enseñaron que María fue corredentora?

Como muchas de las doctrinas católicas, en los santos padres podemos encontrar el concepto, no el nombre, es decir, aunque ellos no la llamen explícitamente corredentora, si vislumbran y hablan de dicha función. Será con el paso de los siglos y un desarrollo doctrinal, cuando se le acabe dando el nombre a esta doctrina de “corredención”. Por ello, veamos algunos textos:

 San Ambrosio de Milán:

María estaba sola cuando el Espíritu Santo vino sobre ella y la cubrió con su sombra. Estaba sola cuando salvó el mundo (Epístola 49,2).

Ella engendró la redención para la humanidad, ella estaba llevando, en su seno, la remisión de los pecados. (Sobre los misterios III, 13).

Cuando el Señor quiso redimir al mundo, comenzó su obra con María, para que ella, por medio de la cual la salvación fue preparada para todos, sea la primera en sacar el fruto de la salvación de su Hijo.  (Exp en Luc 2,17).

Al igual que San Ambrosio, otros padres de la Iglesia, como San Agustín de Hipona, San Jerónimo, San Modesto de Jerusalén o San Juan Damasceno, nos hablan de cómo María como participante en la redención, por quién nos llego la vida , expresiones muy similares a las del obispo de Milán.

¿Qué enseña el magisterio y los santos sobre esta doctrina?

Encontramos enseñanza oficial de este dogma en el documento conciliar Lumen Gentium 53:

Efectivamente, la Virgen María, que al anuncio del ángel recibió al Verbo de Dios en su alma y en su cuerpo y dio la Vida al mundo, es reconocida y venerada como verdadera Madre de Dios y del Redentor. Redimida de modo eminente, en previsión de los méritos de su Hijo, y unida a Él con un vínculo estrecho e indisoluble, está enriquecida con la suma prerrogativa y dignidad de ser la Madre de Dios Hijo, y por eso hija predilecta del Padre y sagrario del Espíritu Santo; con el don de una gracia tan extraordinaria aventaja con creces a todas las otras criaturas, celestiales y terrenas. Pero a la vez está unida, en la estirpe de Adán, con todos los hombres que necesitan de la salvación; y no sólo eso, «sino que es verdadera madre de los miembros (de Cristo)..., por haber cooperado con su amor a que naciesen en la Iglesia los fieles, que son miembros de aquella Cabeza» [174]. Por ese motivo es también proclamada como miembro excelentísimo y enteramente singular de la Iglesia y como tipo y ejemplar acabadísimo de la misma en la fe y en la caridad, y a quien la Iglesia católica, instruida por el Espíritu Santo, venera, como a madre amantísima, con afecto de piedad filial,

También San Juan Pablo II, Pio X, Pio XI usaron dicho título en documentos magisteriales así que podemos rastrear el uso en escritos papales al menos desde principios del siglo pasado. El haber sido usado en un documento conciliar de todas formas le da también su importancia dentro del campo de la mariología.

Santos como Teresa de Calcula, San Maximiliano Kolbe o incluso San Josemaría Escrivá de quien se celebró su fiesta ayer, han usado este título para referirse a la Santísima Virgen María. Dejaré para concluir un texto de San Josémaría Escrivá:

Con razón los Romanos Pontífices han llamado a María Corredentora: de tal modo, juntamente con su Hijo paciente y muriente, padeció y casi murió; y de tal modo, por la salvación de los hombres, abdicó de los derechos maternos sobre su Hijo, y le inmoló, en cuanto de Ella dependía, para aplacar la justicia de Dios, que puede con razón decirse que Ella redimió al género humano juntamente con Cristo. Así entendemos mejor aquel momento de la Pasión de Nuestro Señor, que nunca nos cansaremos de meditar: stabat autem iuxta crucem Iesu mater eius, estaba junto a la cruz de Jesús su Madre. Amigos de Dios 287

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NOTA:

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