En los suburbios del norte de Buenos Aires circula una partida de cocaína adulterada que ha causado en los últimos días 24 muertos y más de 80 hospitalizaciones. La policía incautó más de 20.000 dosis de cocaína mal cortada y realizó numerosas detenciones. El Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires insta a quienes la hayan consumido y muestren signos de somnolencia o crisis respiratoria a acudir inmediatamente al hospital. Hay seis detenidos que la fiscalía quiere acusar de envenenamiento.

Los obispos de la región pastoral de Buenos Aires han abordado el tema en un mensaje titulado «No estás solo, lloremos juntos: la droga mata».

“Sí, la droga mata: no podemos permitirnos pasar por alto esta tragedia y tantas otras que transcurren todos los días… Estamos profundamente conmovidos con las muertes de jóvenes y adultos como consecuencia del consumo de estupefacientes, lloramos juntos con sus familiares y amigos por tanto dolor e impotencia, acompañamos tantas luchas con nuestra oración y cercanía”, explican los obispos.

Los obispos piden una “Ley de Emergencia en Adicciones”. “Una familia con problemas de consumo es una familia quebrada, pero no vencida, Dios es la fortaleza de los débiles, y allí donde hay una necesidad siempre aparece un corazón abierto y compasivo”, exhortan los obispos.

“La adicción. ¡Es un grito! Clama con angustia, clama pidiendo ayuda, la drogodependencia se ha ido extendiendo, profundizando y haciéndose compleja”, añaden.

Pero los obispos de Buenos Aires dejan claro que legalizar las drogas no mejoraría la situación sino que lo empeoraría. “La despenalización del consumo, la legalización de las sustancias, solo traerá más consumo y marginalidad. Seguramente se instalará en la sociedad que las drogas legales no hacen daño. ¡Las drogas matan siempre!”, avisan.

Los obispos de la región pastoral de Buenos Aires vuelven a pedir a toda la sociedad “trabajar juntos fuertemente en la prevención de las adicciones”, abriendo más espacios de capillas, clubes y colegios y dándole lugar al que no lo tiene. Piden, por ejemplo, apoyar la Obra de los Hogares de Cristo: centros para la contención, sanación y reinserción social.

“No nos cansemos de pedir a las autoridades del Estado Nacional, que se ocupen de ir detrás de los mecanismos de corrupción en todos sus niveles, que alimentan este circuito del narcotráfico, que destruyen tantos barrios, comunidades, familias, hermanos”, denuncian.