¿Se debe abrir una nueva investigación sobre las apariciones de la Virgen en Garabandal?

Así lo cree Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior del Gobierno de España, que acaba de publicar un libro de 574 páginas sobre las apariciones marianas ocurridas en Francia, España y Portugal en los dos últimos siglos, y que lleva por título: “El tiempo de María” (Nueva Eva).

Fernández Díaz es partidario de abrir una nueva comisión de investigación sobre los hechos de Garabandal, que sería la tercera, para aclarar si realmente se apareció la Virgen María entre 1961 y 1965 a cuatro niñas (Conchita, Mari Cruz, Mari Loli y Jacinta) en una aldea de Cantabria (España), llamada San Sebastián de Garabandal.

“Lo que hay que hacer es tratar de llegar a la verdad, con la investigación, el análisis y el estudio que merecen unos hechos que han movido a muchos fieles a creer en ellos y que, de ser ciertos, y por deferencia a la Virgen, creo que merecen ser analizados con sumo respeto, cuidado e interés, porque si es verdad que la Virgen se estuvo apareciendo en Garabandal y los mensajes venían de Ella, entonces conviene saberlo”, señala Fernández Díaz.

Dos comisiones de investigación

Hasta el momento se han promovido dos comisiones de investigación, y se han publicado cinco notas del obispado de Santander sobre estos hechos que arrancan desde hace mas de sesenta años.

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Y en todos los comunicados, la posición de la jerarquía apenas ha variado. En agosto de 1961, monseñor Fernández, administrador apostólico de la diócesis de Santander, publicó la primera nota oficial referente a este asunto, y su conclusión de la primera comisión de investigación era la siguiente: “Creemos prematuro cualquier juicio definitivo que quiera pronunciarse acerca d ella naturaleza de los fenómenos en cuestión. Nada, hasta el presente, nos obliga a afirmar la sobrenaturalidad de los hechos ahí ocurridos”.

La segunda nota del obispo Doroteo Fernández es de noviembre de 1961 y señala lo siguiente: “No consta que las mencionadas apariciones, visiones, locuciones o revelaciones puedan hasta ahora presentarse ni ser tenidas con fundamento serio por verdaderas y auténticas”.

Ya en 1962, con un nuevo obispo en la diócesis, monseñor Eugenio Beitia Aldazábal, firmó una tercera nota sobre las apariciones marianas del pueblo de San Sebastián de Garabandal, e indicaba lo siguiente: “Se ratifica en sus anteriores manifestaciones, juzgando que tales fenómenos carecen de todo signo de sobrenaturalidad y tienen una explicación de carácter natural”.

La cuarta nota sobre los sucesos de Garabandal tienen fecha de julio de 1965, y también está firmada por monseñor Beitia, pero esta vez en su calidad de administrador apostólico de la diócesis cántabra: “No consta de la sobrenaturalidad de los fenómenos, que han examinado cuidadosamente”.

Y la quinta nota con fecha de marzo de 1967 llevará la firma del prelado de la diócesis, monseñor Puchol, que dice lo siguiente: “Que no ha existido ninguna aparición, ni de la Santísima Virgen, ni del Arcángel San Miguel, ni de ningún otro personaje celestial. Que no ha habido ningún mensaje y que todos los hechos acaecidos en dicha localidad tienen explicación natural”.

En 1987 monseñor del Val creó una nueva comisión de investigación cuyos resultados indicaban que “no consta la sobrenaturalidad de las referidas apariciones”. Y el sucesor de monseñor del Val, el valenciano Vilaplana Blasco enviaba la documentación a Roma, a la Congregación para la Doctrina de la Fe que entonces presidía el cardenal Ratzinger, recibiendo por respuesta desde el Vaticano que “no (se) considera oportuno intervenir directamente” y, por lo tanto, dejaba obispo del lugar “un asunto que le compete por derecho”.

¿Se abre la puerta a nuevas investigaciones?

Jorge Fernández Díaz recuerda en su libro “El tiempo de María” (Nueva Eva) dos declaraciones de obispos de Santander que podrían entenderse a ser receptivos para abrir la puerta a nuevos estudios o consideraciones. La primera hace referencia al mismo monseñor del Val, que en una entrevista publicada en 1992 señalaba que la única pega que él podía poner a los hechos de Garabandal era la frase: “Muchos sacerdotes, obispos y cardenales van por el camino de la perdición”.

Y la otra se circunscribe a una carta escrita por monseñor Carlos Osoro, de mayo de 2007, que en su calidad de administrador apostólico de la diócesis de Santander escribe al norteamericano Eduard Kelly, y le indica: “Estoy seguro de que el próximo obispo promoverá los estudios, para que se examinen con mayor profundidad los sucesos de Garabandal y enviarlos a la Congregación para la Doctrina de la Fe, en Roma”.

La última declaración del Vaticano sobre Garabandal

El Vaticano se pronunció recientemente sobre los hechos de Garabandal a través del cardenal Víctor Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Fue en septiembre de 2024 y dijo lo siguiente: “Garabandal, como El Escorial y otros casos, ha recibido un informe non constat. No es un constant de non, sino un non constat, es decir que no hay elementos como para llegar a esta conclusión. El non constant que se daba en otros tiempos ahora podría corresponder a diversas determinaciones que están descritas en las nuevas normas. Puede ser una prohibición total o puede ser, por ejemplo, lo que se llama curatur, que significa que el culto público no está permitido”.

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“En Garabandal -señaló el cardenal Fernández- no está permitido nada que tenga una relación entre los mensajes y las apariciones, pero puede haber culto privado. Este curatur más o menos representa lo que, en los hechos, ya sucede en diversos casos. Creo que hoy Garbandal puede corresponder a ese curatur porque se admite que las personas vayan al lugar a rezar y luego van a misa en una parroquia”.

“En estos casos los obispos tienen la posibilidad de revisar, de precisar mejor cuál es la situación en cada lugar. Así está sucediendo con varios casos en algunos países. Veremos si el obispo quiere precisar alguna cosa. Hasta el momento creo que él no tiene algún interés”, concluyó el responsable de Doctrina de la Fe.

¿Necesidad de una nueva comisión de investigación?

Jorge Fernández Díaz, estudioso del tema, y exministro del Interior del Gobierno de España, lo tiene claro: “Dios me libre a juzgar a nadie y menos a la jerarquía de la Iglesia, pero no han existido dos comisiones, ni una ni dos, no ha existido ninguna investigación digna de tal nombre en absoluto sobre los hechos de Garabandal, y sería necesario que se abriera de nuevo”.

“He entregado en mano un informe muy detallado sobre la segunda comisión de investigación al anterior obispo de Santander, don Manuel Sánchez Monge, en su propio despacho en diciembre de 2018, y me dijo que él no iba a hacer nada, pero que llevara ese mismo informe a Roma, y que si Roma le ordenaba a abrir una comisión de investigación, él la abriría. También se lo he entregado en mano al entonces presidente de la Conferencia Episcopal española, don Juan José Omella”.

“También entregué, en el 2020, al cardenal Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, ese mismo informe de 34 páginas, que creo que no le hace ningún favor a la Iglesia si se hace público, pero que la jerarquía de la Iglesia tiene el derecho, y me atrevo a decir, que el deber de conocer”.

“Garabandal tiene muy directa relación con ese segundo mensaje de la Virgen. Pero repito, ya que me parece muy significativo, que frente a esa hostilidad que levantó ese mensaje, la máxima jerarquía de la Iglesia de entonces, que eran el Papa y el cardenal Ottaviani, Perfecto del Santo Oficio, la respuesta fue: qué vengan a Roma las niñas videntes”.

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