Sábado, 05 de octubre de 2024

Religión en Libertad

Un convento de monjas frente a Planned Parenthood, primera línea de batalla contra el aborto

Las hermanas franciscanas Sue Ann y Delores Vogt.
Las religiosas del convento de Nuestra Señora de Guadalupe en Misuri, frente a Planeed Parenthood, aseguran que desde que se asentó el convento la cifra de abortos está cayendo drásticamente.

J.M.C. / ReL

En Estados Unidos, uno de los países con mayores cifras de abortos del mundo -cerca de 600.000 quirúrgicos cada año- se dan ejemplos de cómo la oración es un arma efectiva en la defensa de la vida.

Numerosos ex líderes y empleados de la mayor cadena abortista de Estados Unidos, Planned Parenthood, son ahora firmes defensores de la vida y lo atribuyen a la oración y acogida de los activistas provida. Abby Johnson, la doctora Patti Giebink o Beverly Mcmillan son algunos de ellos.

Siguiendo esta consigna, la archidiócesis de St. Louis (Misuri) cuenta desde 2017 con un convento situado frente a una de las últimas clínicas de la filial abortista del estado, dedicado a rezar y ayudar a la causa próvida. 

Las hermanas franciscanas del convento de Nuestra Señora de Guadalupe constatan en CNA que desde entonces, los abortos han disminuido drásticamente.

La idea comenzó en 2015, cuando activistas católicos próvida solicitaron a la Archidiócesis la construcción de una capilla en las inmediaciones de la clínica abortista para rezar y reunirse.

Al conocer el proyecto, el arzobispo Robert Carlson adquirió una casa de tres pisos frente a la sucursal de Planned Parenthood y en 2017 se estableció como sede del convento dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe, protectora de los no nacidos, donde también opera el apostolado diocesano Respect Life.

Un espacio seguro para defender la vida

Y es que pese a ser un convento, las hermanas franciscanas que residen en las instalaciones desean que sea también un punto de encuentro para todos los católicos y activistas provida que acuden a las inmediaciones de la clínica.

Una capilla para 25 personas donde asistir a misa y adoración, un comedor,  una zona con material publicitario y de aprovisionamiento provida, sala de reuniones… Además de un convento, los tres pisos donde residen las franciscanas son, en sus propias palabras, "un espacio seguro" para todos los católicos y activistas provida que acuden a las inmediaciones de la sucursal de Planned Parenthood. Allí pueden desde refugiarse del frio o el mal tiempo hasta rezar en un entorno de mayor privacidad y seguridad.

"Si alguien que venga a rezar ante Planned Parenthood tiene miedo, que sepa que nuestra capilla siempre estará ahí: la oración llega a Dios desde aquí tanto como desde la acera", invita la hermana Sue Ann.

Bebidas y galletas "para romper el hielo"

Para la franciscana, la hospitalidad y la oración son los carismas principales y el propósito central del convento, pero también desean "brindar oportunidades para los católicos provida de toda la archidiócesis", de modo que puedan encontrar un lugar donde hacer buenas amistades, reuniones provida o incluso conferencias para esta causa.

Además, las hermanas preparan bebidas, refrescos y galletas caseras para "romper el hielo" con los jóvenes y voluntarios que acuden por primera vez, y a los que invitan a volver siempre que lo deseen.

Las hermanas franciscanas Delores Vogt y Sue Ann.

Las hermanas franciscanas Delores Vogt y Sue Ann reciben asiduamente a los activistas provida en su convento frente a la sede de Planned Parenthood en Misuri.

Los abortos, en caída libre

La hermana Sue Ann admite en el podcast de CNA que los abortos "han disminuido significativamente en esta instalación y en Misuri en general" desde la apertura del convento en 2017.

Además, explica que las hermanas tienen en todo momento una vista panorámica de todo lo que sucede en las inmediaciones así como de los días con más afluencia de mujeres o personal empleado de la propia clínica.

"De este modo es como intentamos traer mucha más gente a rezar en estos días concretos", añade.

No son pocas las ocasiones en que las hermanas han bajado a acompañar a los católicos próvida en sus campañas de oración, y reciben apoyos y desprecios a partes iguales.

"En cierto sentido, tenemos la sensación de que estamos a salvo aquí si algo sucede", afirma Sue Ann, que hasta el momento afirma sentirse "bendecida".

"Tengo la sensación de que Dios nos protege y sé que estamos aquí para Él, su honor y su gloria. Siento que tenemos una protección que algunas personas no tienen, y que si Dios lo desea veremos su obra cumplida. ¿Por qué temer cuando nos dice que no tengamos miedo?" plantea.

La hermana concluye afirmando la importancia de la oración en la causa provida, convencida de que el fin del aborto no se logrará sin ella. "Es algo que solo Dios puede lograr: nosotros debemos continuar rezando en todo el mundo, la oración es lo único que cambia los corazones", concluye.

 (Artículo de hemeroteca publicado originalmente el 29 de enero de 2022).

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