Sábado, 20 de abril de 2024

Religión en Libertad

Santa Dimpna, virgen y mártir.

Hallazgo, leyenda y patronato para hilar una "vita"

Ramón Rabre

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Martirio
Martirio

Santa Dympna, virgen y mártir. 15 de mayo y 27 de octubre (traslación de las reliquias).

Leyenda.
La leyenda de Dympna y Gerebern (a quien el culto ha dado de lado) no es más antigua que el siglo XIII, y nace en derredor de sus supuestas reliquias, veneradas en Gheel, Bélgica. Cono en otros casos, la devoción y el culto conformaron un patronato y la necesidad de conocer más, pues dio pie a una “vita”. Según esta, escrita por el P. Pierre de Cambrai, Dympna era hija de un rey irlandés, pagano, casado con una conversa al cristianismo. Por las súplicas de la mujer, ambos tuvieron una hija, a la que la madre bautizó en secreto, pues aunque Damon, que así se llamaba el rey, permitía el culto cristiano, era fiel a su religión pagana. Este hombre poco a poco fue cambiando su carácter y en unos años había perdido la razón completamente. Cuando Dympna cumplió 14 años, su madre murió, lo cual volvió más loco al loco Damon. Varios cortesanos buscaron esposa para su rey, pero a este ninguna le parecía tan bella como su difunta mujer, así que enloquecido, e influido por otros cortesanos, Damon decidió tomar por mujer a Dympna, que era al fin y al cabo, la más parecida a la reina fallecida. Otras versiones no hablan de locura, sino de posesión demoníaca, ya que adoraba a los ídolos.

Dympna, por supuesto, le rechazó con vehemencia, pues su fe le impedía el incesto. Damon, la castigó y sin oír razones, igualmente mandó a preparar la boda. Consultó la muchacha la situación con el presbítero San Gerebern, que había sido confesor de su madre y ahora lo era suyo. Este, para librar a Dympna, urdió un plan y disfrazados huyeron, tomaron un barco, cruzaron al continente. Llegaron a Amberes y de allí se internaron en la hoy Bélgica, hasta establecerse en una ermita dedicada a San Martín de Tours en Gheel. Allí, creyéndose libres de peligro, ambos comenzaron una vida eremítica, dedicándose a la oración y el trabajo manual.

Damon, allá en Irlanda, no se conformó con la pérdida de la hija, y acompañado de algunos servidores, la buscó por Irlanda, Bretaña, las islas, etc., hasta que llegaron a Amberes. Allí, un posadero al ver las monedas irlandesas del rey, no las aceptó por no conocerlas, y contó que algún tiempo antes también las había rechazado a unos peregrinos irlandeses que habían pasado por allí, rumbo a Gheel. Y allá se fue Damon con su comitiva. Hallaron al sacerdote y a la princesa haciendo oración, y Damon mandó decapitar inmediatamente a Gerebern, por haberse llevado a Dympna, y a esta le anunció que volvería a casa para contraer matrimonio con él. Dympna se negó y confesó a Cristo con valentía, por lo cual Damon mandó a dos de sus sicarios que la matasen, pero estos no pudieron hacerlo ante la inocencia de la virgen. Entonces su propio padre la agarró del pelo y la degolló, dejándola sin vida. Luego huyó desesperado a su tierra.

Historia.
Esta ha sido la leyenda, pero ¿de dónde surge? Pues de la intensa devoción que los enfermos mentales de un hospital de Gheel profesaban a esta santa legendaria. Y el origen de todo lo hallamos en un suceso arqueológico. En 1121 se hallaron dos sepulturas de mármol, vacías, de la época de la dominación romana, en las inmediaciones de la iglesia San Martín de Gheel. Eran tumbas talladas con varias escenas, que se identificaron como religiosas. En una de ellas aparecía la inscripción "Ma Diphna", términos que fue comprobado que en la lengua de Erin significan "adecuada". Este texto fue tomado como un nombre propio, que se redondeó como Dympna. Como los sepulcros estaban vacíos, poco había que hacer, pero aún así, en la otra iglesia de Gheel, Santa María, se hallaron, inexplicablemente unas reliquias identificadas como de Dympna y Gerebern. El cuerpo de Dympna habría sido enterrado en Gheel, y las reliquias de Gerebern habrían sido trasladadas a Sonsbeck, Xanten, aunque la cabeza se habría quedado en Gheel, junto a Santa Dympna.

Como la iglesia pertenecía a un hospital de dementes y el hallazgo de las sepulturas se convirtió, al parecer, en el fenómeno devocional del momento, la asociación de la santa con los locos vino pronto. En el siglo XIII ya hallamos un oficio litúrgico propio, fiesta con octava, veneración y procesión con las reliquias. Alban Butler, que toma de los Bollandistas, nos dice que la afluencia de "endemoniados", locos y otros enfermos mentales era constante y que se verificaron estupendos milagros. En 1200 se construyó una iglesia dedicada a la santa, en cuyo retablo se colocó en siglo XIV una imagen en la que la santa aparece rodeada de locos y maniáticos encadenados, como solía hacerse con los dementes violentos. Cada 15 de mayo, día de la memoria de Santa Dympna, era costumbre pasar nueve veces bajo el relicario durante la procesión, ya fueran lo enfermos o sus familiares por ellos. El hospital llegó a ser famoso en Europa por su calidad en los tratamientos, en los que, según el grado de locura, se incluían los paseos, el trabajo manual y en el campo, y el estudio. Tan importante fue este hospital y su santuario, y tantos locos acudían a Gheel, que en el siglo XIX era conocida como "la ciudad de los locos".

Curiosamente, aunque la leyenda hace a la santa irlandesa, en Irlanda no hay rastros de su devoción hasta el siglo XVI, cuando la importan desde el continente. Luego los inmigrantes irlandeses la llevaron a Estados Unidos y desde allí, se ha ido exportando a varios sitios desde el siglo XIX, igualmente relacionada con la demencia. Sobre la leyenda muchos han intentado hallar vestigios en las costumbres celtas, pero incluso estas contradicen la leyenda, pues el incesto en la cultura celta no era infrecuente y si Damon, o quien fuese, lo hubiera pretendido, no habría sido producto de la locura o de la influencia maligna. En realidad la leyenda se nutre de otros relatos populares. 

Además, para otras enfermedades mentales o la depresión, se invoca a Santa Petronila (31 de mayo).


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo V. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.

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