5 contundentes reflexiones de Munilla sobre el síndrome postaborto: «Existe, ¡yo lo he visto!»

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Sigue la polémica en torno al síndrome postaborto y cómo ahora desde diversos sectores ideológicos y políticos se está cuestionando la existencia de este síndrome que tanto ha afectado a muchas mujeres y del que bastantes no pueden salir porque no se les quiere reconocer su existencia.

Sin embargo, la evidencia científica existe y el testimonio de muchas mujeres que han experimentado un infierno tras haber abortado también lo constanta. Sobre esta cuestión ha querido también manifestarse el obispo de Orihuela-Alicante, monseñor José Ignacio Munilla, que asegura haber visto casos de este síndrome postaborto.

A continuación ofrecemos los argumentos íntegros que ha ofrecido el obispo Munilla a través de sus redes sociales:

“1º. A lo largo de los años he podido constatar las profundísimas heridas que el aborto puede llegar a dejar en una mujer, hasta el punto de convertirla en la segunda víctima del aborto (la primera es el niño, obviamente).

2º. No solo “he visto” las heridas del síndrome postaborto, sino que también conozco diversos itinerarios psicológicos y espirituales de sanación de esas heridas, a los que acuden muchos miles de mujeres en todo el mundo. Otras, por desgracia, siguen sufriendo sin saber dónde aliviar su dolor.

3º. El caso más emblemático lo tenemos precisamente en el icono femenino de la causa proabortista estadounidense: Norma McCorvey (seudónimo judicial “Jane Roe”), gracias a cuya apelación se dictó en 1973 la sentencia Roe v. Wade (recientemente derogada por el Supremo). Pues bien, esta mujer, símbolo de la causa abortista, padeció un profundo y doloroso síndrome postaborto y, tras un itinerario terapéutico de sanación, llegó a convertirse en una ferviente defensora de la causa provida.

4º. El pensamiento único que nos desgobierna pretende imponernos una antropología alternativa, caracterizada por la reafirmación de la ideología por encima de la biología. No es de extrañar, por tanto, que ahora se nieguen a aceptar lo que cualquiera puede ver cuando se despoja de las gafas ideológicas.

5º. Los mismos que niegan el síndrome postaborto se niegan también a realizar estudios estadísticos sobre la incidencia del divorcio en la salud psíquica de los hijos, en el fracaso escolar, etc. ¡No están dispuestos a que la realidad arruine su ideología!”.