Jueves, 02 de mayo de 2024

Religión en Libertad

Triunfo de la voluntad


por Enrique García-Máiquez

Opinión

Los clásicos son la lectura menos escapista que existe. Te toman un momento, sí, pero para arrojarte enseguida sobre el presente con una luz más intensa. Leo (citado por Carl Schmitt) que San Gregorio Magno, nada menos, insistía en que el poder (habida cuenta de su origen divino) es esencialmente bueno, mientras que en la voluntad de poder repta lo malo. Esto contrasta con las visiones más modernas (tras la presunta «muerte de Dios») que consideran corrupto el poder, pero fomentan y loan su ambición. Lo que nos mete de lleno en un buen lío, porque el ejercicio de poder es indispensable. A lo máximo que llega la mayoría de los hombres, según Schmitt, es a que «el poder es bueno si lo ejerzo yo; y malo cuando lo posee mi enemigo».

Infinitamente más fina la diferencia gregoriana entre el poder en sí y el deseo de arrebatarlo. Con ella se entiende la gran aportación de la monarquía. El rey legítimo no tiene ninguna voluntad de poder, sino su deber, que es todo lo contrario. A Nicolás Gómez Dávila le abochornaba lo tenazmente que se postulan los líderes demócratas. Véase la encarnizada lucha por los primeros puestos dentro de cada partido, por un lado, y, por otro, las campañas electorales, donde cada uno va por ahí gritando que él o ella es el mejor candidato.

Para enturbiar más las cosas, el poder está cada vez más difuminado entre las grandes corporaciones económicas y financieras, la Unión Europea, las potencias internacionales, los medios de comunicación y los socios parlamentarios, que exigen también sus pagos, como estamos viendo. De modo que alguien que ha estado luchando por el poder cuando llega al poder comprueba que apenas le queda más que seguir luchando por un poder que se le escapa.

Esa voluntad de poder, exacerbada por no conseguirlo ni cuando se ha conseguido, explica el afán descarnado por controlar la enseñanza. Concluye Schmitt que «tener el poder significa, sobre todo, tener la posibilidad de definir si un hombre es bueno o malo». El poder a lo más que puede llegar es a decir si algo es legal o ilegal. Aunque no es poco, el ansia quiere más. Para decidir lo moral es imprescindible controlar la educación y ostentar la hegemonía cultural. Los asuntos que tantas veces se califican como «cortinas de humo» o asuntos de menor importancia comparados con la economía son, en realidad, los encarnizados campos de batalla de una voluntad de poder desatada.

Publicado en Diario de Cádiz.

Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda