Kiko Argüello, en el Jubileo: «Cristiano es el que ha sido educado a extender sus manos en la cruz»

Roma acogió el pasado fin de semana el Jubileo de las Familias, de los Abuelos y de los Mayores, y con este motivo, el domingo por la tarde, fueron interpretadas juntas por primera vez, en el Auditorio Parque de la Música de la capital italiana, las dos sinfonías compuestas por Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal. 

La página web oficial de esta realidad eclesial ha recogido una crónica del concierto en el que se escuchó El Sufrimiento de los Inocentes, dedicada al dolor de la Madre de Cristo, y El Mesías, en honor de los mártires de hoy.

Mostrar al mundo el amor

"Una música que se sumerge en el sufrimiento de Cristo y de la Virgen María a los pies de la Cruz, y al mismo tiempo imprime en el corazón la certeza de la Resurrección", recoge el portal.

La orquesta del Camino Neocatecumenal estuvo compuesta por 100 músicos y 120 coristas. Kiko Argüello, al introducir la primera parte del concierto, comentó: "Dios llama a las familias cristianas, a imagen de la Familia de Nazaret, a llevar a Cristo a los hombres (...). De las familias se genera el futuro de los pueblos".

"Amaos los unos a los otros como yo os he amado, en este amor todos sabrán que sois mis discípulos, ésta –subrayó Kiko– es la misión de las familias cristianas, una misión escatológica: mostrar al mundo que existe el amor".

La primera sinfonía que se interpretó –El Sufrimiento de los Inocentes– nació de la experiencia de Kiko a mediados de los 60 cuando se fue a vivir entre los pobres de Madrid, impresionado por el sufrimiento de tantos inocentes y donde comprendió que la única respuesta verdadera al sufrimiento es Cristo.

Por su parte, El Mesías se estrenó en 2023 en el Teatro Verdi de Trieste (Italia) y está centrada en la Pasión y el sufrimiento de Cristo y dedicada a los mártires de hoy.

"Nosotros cristianos -subraya Kiko- llevamos siempre en nuestro cuerpo la forma de morir de Cristo, porque hemos sido educados a extender las manos en la cruz: en el matrimonio, en el trabajo, con los hijos, con los abuelos, con la comunidad, con todos. Llevando siempre en nuestro cuerpo el morir de Jesús, para que se vea que en nosotros Cristo está vivo". 

Kiko también destacó la importancia de que el concierto tuviera lugar en el Jubileo de las Familias, y se refirió a esto recordando las palabras del Papa León XIV. 

"En una sociedad en la que domina la tecnología, si la familia no recupera su lugar, si no es la célula fundamental, emblema de una realidad donde cada uno se siente acogido, donde ninguno se siente solo, entonces tenemos que concluir que no estamos ante una vía de progreso, sino de involución". 

"La Iglesia -sostuvo Kiko– debe hacer todo lo posible para llevar a cabo su papel profético sobre la familia" poniéndola en el centro de su actividad pastoral. Hoy "hay más bien un mirarse a sí mismos; el estar encerrados en la tecnología pero sin la familia hace que se pierda esa dimensión de profunda humanidad de la que el hombre de hoy tiene necesidad".