Viernes, 29 de marzo de 2024

Religión en Libertad

JOSÉ GABRIEL FUNES, EL ASTRÓNOMO DEL VATICANO

«La vida extraterrestre sería una muestra de la grandeza de Dios»

Este jesuita, director del Observatorio Astronómico del Vaticano, es una autoridad mundial en la materia. Apasionado por las estrellas desde niño, no ha dudado en defender en distintos foros la posibilidad de que exista vida extraterreste.

(Fernando Iwasaki/XLSemanal) Argentino de Córdoba, el jesuita José Gabriel Funes (1963) es teólogo, astrofísico y aficionado a la ciencia ficción, así como autor de más de una docena de trabajos científicos sobre las galaxias de disco y el nacimiento de las estrellas. En mayo de 2008, Funes concitó la atención mundial porque declaró a L’Osservatore Romano que los extraterrestres son nuestros hermanos porque también son criaturas de Dios. Aquella afirmación rebotó por todos los teletipos y desde entonces el director del Observatorio Astronómico Vaticano ha tenido que desmentir muchas veces su presunto interés en la ufología, materia que no le interesa en absoluto a este jesuita licenciado en Astronomía por la Universidad de Córdoba (Argentina) y doctor por la de Padua (Italia). El Observatorio Astronómico Vaticano tiene una sede principal en Castelgandolfo, a 25 kilómetros de Roma, y otra en Tucson (Arizona, EE.UU.), uno de los mejores lugares del planeta para estudiar las estrellas. Como reconocimiento a su trayectoria académica y profesional, Benedicto XVI lo designó director del Observatorio Vaticano en agosto de 2006, ya que Funes es una autoridad mundial en su especialidad y como tal participó en las deliberaciones que impugnaron la condición planetaria de Plutón. Hincha del River Plate y lector de Cortázar, Funes se reconoce seguidor de la saga Star Trek, donde advierte destellos de una inquietud religiosa. - Me gustaría que trazara una diferencia rotunda entre los astrónomos y otras hierbas, como ufólogos y astrólogos. - Nadie puede conducir sin carné porque existen leyes que todos los usuarios tienen que respetar. Algo parecido sucede con la investigación científica, donde también falta un carné de investigador y ese carné es un doctorado, porque el doctorado es la culminación de un proceso académico que supone instancias previas como la licenciatura y la maestría. Ni los ufólogos ni los astrólogos pasan por un proceso semejante de formación. El único camino posible para ser reconocido como investigador es la universidad, y los estudios que no son universitarios ni son ciencia ni son serios. - O sea, que la astronomía es ciencia y lo demás, charlatanería. -Existe la ciencia y luego lo demás. No hay universidades donde se pueda estudiar ufología o astrología. Por lo tanto, se trata de materias que no son serias porque carecen de reconocimiento académico. - Se lo pregunto porque en numerosos reportajes y más de 14.000 sitios de Internet lo presentan a usted como «ufólogo» y «estudioso del fenómeno ovni». ¿Lo incomoda ese tratamiento? -No soy ufólogo ni me interesa el fenómeno ovni. Lamentablemente, esto corrobora cómo los medios crean una imagen que no tiene fundamento en la realidad, con la finalidad de hacer la noticia más apetecible o crearla donde no existe. El padre Angelo Secchi, jesuita y astrónomo, ya hablaba de la posibilidad de vida extraterrestre en el siglo XIX. Él también merecería algún titular, porque decía más o menos las mismas cosas que yo. - Redactemos la nota de prensa sobre la vida y obra del padre Secchi. -Fue un astrónomo jesuita y director del Observatorio del Colegio Romano. Se lo puede considerar el padre de la astrofísica moderna, porque hizo la primera clasificación de los espectros de las estrellas sobre un universo de cuatro mil cuerpos celestes y sus estudios fueron la base de investigaciones que continúan hasta hoy. El padre Secchi fue el primero que habló de la posibilidad de otras formas de vida en el universo, aunque siempre desde la perspectiva de la Creación. - ¿Quiere decir que a una persona de fe no debería producirle ninguna perplejidad que exista vida en otros planetas, porque sería otra expresión de la gran obra de la Creación? - Exacto, sería como comprobar una vez más la grandeza de Dios y no comportaría ningún problema teológico para el pensamiento católico. - En 1492 se produjo una controversia teológica que obligó a muchos exégetas a buscar en la Biblia evidencias de la existencia del continente americano. ¿Estaría el mundo del siglo XXI mejor preparado que el del XV para realizar nuevos descubrimientos en otras galaxias? -En realidad este descubrimiento ya se ha realizado, pues a comienzos del siglo XX los científicos quisieron saber si nuestra galaxia, la Vía Láctea, era todo el universo o sólo una entre millones de galaxias. Las observaciones del famoso astrónomo Hubble confirmaron que la nuestra es sólo una de millones de galaxias. - ¿Usted no cree que el esfuerzo económico que hacen algunos países por explorar e investigar el espacio es inversamente proporcional al beneficio que la sociedad recibe de estos estudios? -Aun cuando esto es cierto, me gustaría decir que la astronomía genera puestos de trabajo, pues no sólo están los astrónomos, sino los ingenieros, los técnicos y otros miles de trabajadores. Por otro lado, los países también invierten en museos y obras de arte cuyos beneficios económicos sobre los ciudadanos tampoco se pueden medir porque no todo se reduce al «beneficio económico». Y así como la gente necesita conocer las artes o la música, también necesita saber que la Tierra es un «puntito azul» –como decía Carl Sagan– entre millones de galaxias. -¿No es paradójico que la ciencia promueva la inversión de miles de millones de dólares para buscar improbables formas de vida en el espacio, mientras otro sector de la comunidad científica niega que el feto humano sea una «forma de vida»? -Sí, es tan contradictorio como la inversión de recursos en el desarrollo y la investigación científica de la producción de armas, mientras millones de personas no tienen lo suficiente para vivir. Me parece aberrante y escandaloso. -Usted no sólo es teólogo, sino además científico. ¿Podría hablarnos de la convivencia entre ambas vocaciones, que muchos creen incompatibles entre sí? - Por formación académica, diría que soy un astrónomo que ha estudiado Teología. No soy teólogo de profesión. Ciertamente, ciencia y fe están relacionadas, al menos en mi propia vida y en la de los otros jesuitas que trabajan en el Observatorio Vaticano. Más que elocuentes discursos, nuestra vida es el mejor testimonio de que ciencia y fe pueden ir juntas y ayudarse mutuamente. El hecho de pertenecer a la comunidad internacional de astrónomos y ser al mismo tiempo religiosos que han consagrado su vida a Dios es una señal de que ciencia y fe pueden complementarse. -¿Qué otro astrónomo religioso me podría citar? -Georges Lemaître, un sacerdote cosmólogo y contemporáneo de Einstein. Muy pocos saben que su teoría del átomo primitivo fue precursora del Big Bang. Él sería otro ejemplo de hombre de fe y al mismo tiempo de ciencia, reconocido así por sus colegas. La Iglesia siempre ha contado con este tipo de figuras y por eso no es justo considerarla como una institución enemiga de la ciencia y del progreso. -¿Y entonces por qué ha sido tan conflictiva la relación entre la astronomía y la curia romana? Galileo habría sido un maravilloso precursor de su cargo… -El caso de Galileo es y ha sido muy complejo. Es muy difícil resumir en pocas palabras las razones de aquel trágico conflicto. Creo que un factor importante fue la mala gestión de los nuevos datos provenientes de la ciencia, que ponían en tela de juicio concepciones filosóficas y teológicas que se creían inamovibles. En cierta forma debemos la existencia del Observatorio Vaticano a Galileo. Por lo tanto: «Gracias, Galileo». -Usted es un especialista en `galaxias de disco´. ¿Qué son las galaxias de disco? -Las galaxias son al universo como las células al cuerpo humano. En el universo hay cien millones de galaxias; es decir, 15 por cada ser humano. Cada galaxia tiene cien mil millones de estrellas y están compuestas de gas, polvo y materia oscura, que es una materia todavía desconocida para los científicos. Atendiendo a su forma podemos clasificarlas en tres tipos: galaxias elípticas, que tienen forma de pelota de rugby; galaxias de disco, que son una especie de huevo frito; y galaxias irregulares, que no tienen forma. -¿Usted cree que vivir en la galaxia `huevo frito´ nos ha afectado a los seres humanos? -Ciertamente nos condiciona, pero no como usted insinúa [risas]. Lo que pasa es que, gracias a esa forma de huevo frito, la posición del Sol ha permitido la aparición de la vida en nuestro planeta. -¿Cuánta de su vocación científica tiene su origen en las series, las lecturas y las películas que vio de niño? - Siempre me fascinó la exploración espacial. Mi infancia transcurrió a finales de los 60 y comienzos de los 70, la época dorada de la NASA, pero desde niño soñaba con ser astrónomo y no con ser astronauta, porque los astronautas eran los que viajaban. Yo no quería estar al pie del cañón, sino del telescopio. -Pero hábleme de su educación-sentimental-galáctico-audiovisual. -A mí me entretenían muchísimo las series y películas de ciencia-ficción: Perdidos en el espacio, Los invasores, Star Trek, 2001 Odisea del espacio, Star Wars… En realidad, cada época ha visto en el cielo la proyección de su vida, sus ideales o sus utopías. En La comedia, cuando Dante y Virgilio terminaron de recorrer el Infierno dijeron: «Y salimos a ver las estrellas». Por eso, ver las estrellas siempre será como salir de los infiernos que hemos creado los seres humanos: los infiernos de la guerra, del terrorismo, de la injusticia social y de los fundamentalismos. -¿Y qué piensa sobre la proyección de estructuras de pensamiento religioso en películas como Star Wars? -Ya, la Fuerza y esas cosas... Star Trek Voyager aborda mucho mejor los temas religiosos. -¿Sabía usted que en el Reino Unido hay más de 400.000 Caballeros Jedi o devotos de la religión de la Fuerza de Star Wars? -Bueno, también está la iglesia maradoniana... Sinceramente, no creo que en esas películas la religión sea más importante que las proyecciones políticas y sociales. Por ejemplo, es curioso cómo la Federación de Planetas Unidos de Star Trek viene a ser una proyección galáctica de los Estados Unidos. -Y la nave Enterprise qué sería, ¿una alegoría de la ONU? -Claro, porque el capitán Kirk era norteamericano, el señor Chekov, ruso; Sulu era japonés y Uhura, africana. -¿Y verá la próxima película de Star Trek? - No me la pienso perder. - Usted tiene parroquias en Tucson, Castelgandolfo y Córdoba... ¿Qué diferencias existen entre las comunidades católicas de Italia, EE.UU. y América Latina? -Primero quiero mencionar lo que las une: siempre me he sentido en mi casa estando en Italia, EE.UU. o América Latina. Y aunque soy astrónomo, soy sacerdote y me encanta celebrar misas en los tres idiomas. La vida de la Iglesia católica transcurre a través de sus parroquias. A saber, bautizos, bodas, comuniones, funerales. Las parroquias son lugares ideales para consolidar la formación de las personas, y no hablo de una formación religiosa, sino intelectual. Tenemos que ayudar a las personas a integrar los conocimientos profesionales que tienen con los contenidos de la fe. Por ejemplo, a mí me gusta hablar de la relación entre ciencia y fe, cómo articular la teoría del Big Bang con los relatos de la Creación. - ¿En sus homilías introduce ejemplos provenientes de la astronomía? -En realidad, depende de cuál sea el evangelio del día, porque el centro de la misa debe ser siempre el mensaje evangélico. Las imágenes deben ayudar a transmitirlo y los sacerdotes tenemos que usarlas para actualizarlo al momento que vive la comunidad. Y como vivimos en una cultura de la imagen hay que usar imágenes. Por eso, yo uso imágenes que... - ¡No me diga que celebra misa con Power Point! -Nooo, todavía no [risas]. Cuando hablo de imágenes hablo de metáforas [risas]. Si proyectara imágenes del Hubble durante la misa, la gente podría estar más pendiente de las estrellas, cuando la estrella de la misa es Jesús. Y en esa película los sacerdotes sólo somos actores de reparto. - Ya que menciona el Big Bang, ¿no lo inquieta saber que, en un laboratorio suizo, un grupo de científicos intenta reproducir dentro de una máquina las mismas condiciones del Big-Bang? - ¡Me han invitado a Ginebra! Iré para saber cuáles son los problemas que se podrán resolver gracias a esos experimentos. - Pero si del impacto entre aquellas partículas primordiales nacieron soles y galaxias, díganos que no tenemos nada que temer del choque de esas partículas dentro de una máquina en Ginebra. - No, no se preocupe [risas]. No se va a producir ningún agujero negro que nos trague a todos. Se trata de reproducir –por ejemplo– las condiciones de temperatura que produjeron los primeros átomos. - ¿No se arrepiente de ser uno de los responsables de que Plutón ya no sea un planeta? - No, no, Plutón sigue siendo lo que era [risas]. El que Plutón sea un planeta enano sólo significa que nuestra comprensión del sistema solar ha cambiado. La presión mediática no puede condicionar el desarrollo de la ciencia. -Pero había gente que le tenía un cariño especial a Plutón, mire usted. -Claro [risas], eso demuestra que la astronomía no es algo siempre racional y que hasta los científicos podemos ser apasionados. ¿Usted sabe lo mal que lo pasamos los astrónomos cuando tuvimos que quitar a Plutón de la alineación planetaria? -Ya que hablamos de alineaciones y galaxias... Como aficionado al fútbol, ¿cuáles son los mejores galácticos que ha visto? - Siendo argentino, no puedo dejar de mencionar a Maradona, un jugador extraordinario, por todo lo que hizo por Argentina y por el fútbol. -¿A pesar de que era de Boca? - A pesar de que era de Boca, le perdonamos ese pecado [risas]. Nadie es perfecto. -La literatura argentina también es como una galaxia, cuajada de estrellas y planetas interesantes. ¿Me puede decir algo de sus preferencias literarias? -Hasta que no me hice jesuita no tuve relación con la literatura, porque mi formación en la Compañía de Jesús supuso la lectura de Borges, Bioy, Cortázar, Sábato… Me encantó de Cortázar La autopista del sur y Todos los fuegos el fuego, pero de Borges me fascinó su escritura, tan sencilla y compleja al mismo tiempo, adjetivando en español como en inglés… - Padre Funes, ¿cuál de estas obras le concierne más: Los astronautas de la cosmopista, de Cortázar, o Funes el memorioso, de Borges? - Los astronautas de la cosmopista sería más de mi especialidad, ¿no?
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