Cobo: San Isidro, «modelo de evangelización» por su fe en la Providencia y su caridad activa
El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, durante la misa celebrada en la Colegiata de San Isidro.
El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, presidió este 15 de mayo la misa por la festividad de San Isidro, patrón de la ciudad, celebrada en la Colegiata de San Isidro, donde reposan sus restos y los de su esposa, Santa María de la Cabeza.
El purpurado estuvo acompañado por los obispos auxiliares Juan Antonio Martínez Camino y Vicente Martín, por el obispo emérito de Carora (Venezuela), Luis Tineo, y el párroco de la colegiata, Ángel Luis Miralles. Asistieron el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, y representantes del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid.
Modelo de evangelización
En su homilía, Cobo describió a San Isidro como "un hombre sin poder, pero con fe; sin riquezas, pero lleno de Dios; sin títulos, pero reconocido por generaciones como patrono de Madrid". Y, por todo ello, "un modelo de evangelización".
La colegiata de San Isidro, llena este jueves con los devotos del santo.
Fue "el amigo de Dios que aprendió a orar no en la teoría, sino mientras labraba la tierra, confiando siempre en la Providencia", con lo que nos recuerda que "la santidad no es una camino vedado para unos pocos". Y cuanto más se preocupaba el santo por los demás, "más descubría cómo Dios lo protegía, lo cuidaba y lo acompañaba": su vida fue siempre "un eco de la palabra de Dios".
Tomando esa vida como ejemplo, Cobo aplicó sus enseñanzas a los católicos de hoy para que sigan "dando fruto": "Isidro nos invita a enraizarnos en lo fundamental, a buscar la raíz de Cristo" y a pedirle "una fe tan grande y tan perseverante como la suya".
En las Islas Canarias existe una gran devoción a San Isidro, en particular en La Orotava (Tenerife), cuyos productos típicos trajeron en ofrenda al santo.
También es modelo de esperanza, pues "él se aferraba a la Palabra de Dios en la oración y en los sacramentos", y de caridad, que derrochaba con los pobres entregándoles la tercera parte de sus ganancias: "No cerremos los ojos ante aquellos a los que él miraba, a las muchas formas de pobreza", concluyó el cardenal, quien proclamó que San Isidro "nos llama a sembrar Madrid de fe, de esperanza y de caridad, a su estilo".
Terminada la Eucaristía, cientos de madrileños y devotos del santo venidos de todos los lugares del mundo (es el santo más popular en Filipinas, por ejemplo), hicieron cola para subir al camarín y venerar sus restos.
Lo último
