Jean Sévillia celebra el golpe asestado al «terrorismo intelectual» de la corrección política
«Se han abierto brechas en su ciudadela», afirma el historiador
Jean Sévillia, durante una entrevista en torno a la nueva edición de su libro.
A principios de enero se ha publicado en Francia una nueva edición de un gran bestseller del año 2000, Los nuevos hábitos del terrorismo intelectual (Perrin), de Jean Sévillia, historiador, ensayista y colaborador de Le Figaro y autor, entre otros libros, de Históricamente incorrecto (El Buey Mudo).
Esta nueva presentación de Los nuevos hábitos del terrorismo intelectual, con prólogo de Matthieu Bock-Côté, es casi completamente nueva, porque ha multiplicado por dos su contenido, amén de revisar y actualizar lo ya conocido.
Con motivo de esta reedición, que está suscitando un interés no menor al de hace un cuarto de siglo, Christophe Geffroy ha entrevistado a Sévillia en La Nef:
-¿Qué es el "terrorismo intelectual" y de dónde procede? ¿Cómo relaciona este fenómeno con el de la "corrección política"?
-Se trata de un mecanismo que se puso en marcha en la inmediata postguerra, cuando el Partido Comunista ocupaba una posición hegemónica en el mundo intelectual.
»Consistía en situar en el campo del Bien, a costa de mentiras, omisiones y confusiones, a todos los que habían luchado contra las fuerzas de ocupación durante la guerra y, a la inversa, situar en el campo del Mal a todos los que habían colaborado con los nazis, fuera cierto o no. Esta visión maniquea permitió clasificar el comunismo como un valor positivo y el anticomunismo como negativo.
»Posteriormente, la ideología dominante cambió. Después del estalinismo, en los años sesenta se pasó al tercermundismo, con el culto a Mao y Fidel Castro; en los setenta, al deconstructivismo al estilo del pensamiento del 68; en los ochenta, al antirracismo y al antifascismo (en ausencia de fascismo); en los noventa, a los derechos humanos; y así sucesivamente.
»En cada ocasión, los opositores fueron caricaturizados, demonizados y colocados en el campo del Mal por los representantes del llamado campo del Bien. El terrorismo intelectual es la puesta en práctica de la corrección política del momento por parte de una minoría que ejerce una verdadera dictatura en el campo de las ideas.
-El "terrorismo intelectual", ¿se encuentra solo en la izquierda?
-En absoluto. El hecho es que en Francia, por una serie de razones históricas y sociológicas, los sectores de la sociedad que contribuyen a formar las actitudes y representaciones de la gente son abrumadoramente de izquierdas: la educación nacional, la prensa escrita y el sistema mediático (más de dos tercios de los periodistas votan a la izquierda e incluso muy a la izquierda), la universidad, el mundo de la investigación científica, las grandes instituciones culturales y las asociaciones.
»Por otra parte, la derecha institucional nunca ha estado realmente interesada en el debate de ideas, asumiendo que es mejor dejar la cultura a la izquierda, como quien da a su perro un hueso para masticar, para poder concentrarse en la gestión de la economía y la geopolítica del país. Ha sido un error fatal que ha dado rienda suelta a una sucesión de oleadas ideológicas que han calado profundamente en la sociedad. Yo añadiría que la derecha populista no es especialmente conocida por su apetito por el debate intelectual.
Jean Sévilla, 'Los nuevos hábitos del terrorismo intelectual'.
»En consecuencia, si la derecha ha participado en el terrorismo intelectual, lo ha hecho de forma pasiva, al no dar una respuesta sustantiva a las ideas erróneas e ignorar las cuestiones concretas que subyacen a las cuestiones intelectuales.
-¿Cómo ha evolucionado el "terrorismo intelectual" entre 2000, año en que se publicó por primera vez su libro, y la actualidad? ¿Cuáles son sus nuevos avatares y qué dicen de nuestro tiempo?
-En el plano ideológico, hemos asistido a una fuerte insistencia en las llamadas cuestiones sociales, en el sentido de trastocar los puntos de referencia antropológicos tradicionales (matrimonio del mismo sexo, reproducción asistida, transición de género, etc.), y a la aparición, dentro de la nebulosa del wokismo, de una corriente explícitamente racialista y comunitarista (islamo-izquierdismo).
Cultura
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»Por lo demás, la ideología dominante no ha cambiado. Lo que sí es nuevo es la multiplicación de los medios de comunicación (el nacimiento de los canales de noticias 24 horas, el desarrollo de las pantallas y, en particular, el teléfono móvil que todo el mundo lleva consigo y que es simultáneamente una radio, un televisor y un ordenador conectado a Internet).
»Otra novedad ha sido la invención de las redes sociales a principios de la década de 2000, que desde entonces se han convertido en un fenómeno masivo.
»En el lado positivo, estos canales proporcionan un medio de expresión del pensamiento libre de corrección política, pero, en el negativo, son también una puerta de entrada al terrorismo intelectual. Además, las redes sociales, que cultivan polémicas y ocurrencias que crean expectación pero que también pueden dar lugar a pleitos -porque asistimos a una creciente judicialización del debate de ideas-, difícilmente son una escuela para formar mentes. Una vez que existen, hay que utilizarlas, pero con prudencia, sin ser nunca prisioneros de ellas.
-¿Ve un signo de esperanza?
-Sí, porque en los últimos quince años se han abierto brechas en la ciudadela de lo políticamente correcto, y a los combatientes más veteranos se ha unido una brillante generación más joven. Es un progreso, pero no significa que la batalla esté ganada.