Fiesta en el Desierto
Fiesta en el Desierto
Hay momentos en la vida de las personas que marcan sus días y les dan una nueva orientación y estímulo. Creo que este tiempo de Pascua que ya hemos terminado con la solemnidad de Pentecostés ha significado para mí un punto de inflexión importante y determinante.
Estoy descubriendo la felicidad de no tener nada y la fiesta que verdaderamente está presente en medio del desierto:
Se trata de una invitación que el Señor nos hace a descubrir el auténtico gozo que está detrás de las pruebas que nos ayudan a salir victoriosos. Esta alegría genuina es capaz de cambiar mi lamento en danza; por eso ya no hay tristeza, solo alabanza y acción de gracias.
Cuando llego a comprender el origen de mi vida, de dónde vengo, y alcanzo a vislumbrar mi meta, el destino que me aguarda, entonces y solo entonces puedo vivir feliz porque estoy completo y colmado de la plenitud que solo Dios puede darme. ¿Qué tengo que no haya recibido? Todo es gracia y don, por eso puedo vivir agradecido en medio de esta gran peregrinación hacia la patria definitiva.
Ahora puedo danzar en el proceso, puedo gritar y dar vueltas porque ya no me avergüenzo. En definitiva, descubro que hay fiesta en el desierto. Yo le digo a Dios: aunque venga la enfermedad, mientras viva te alabaré; aunque mis labios quieran callar, mientras viva te alabaré; aunque el desierto me quiera secar, mientras viva te alabaré; aunque la higuera no florezca, mientras viva te alabaré.
Ya no hay tristeza, solo alabanza y acción de gracias porque mi lamento cambiaste por danza. Está escrito que tenga gozo, cuando pase por diversas pruebas saldré victorioso. ¿Qué tengo que no haya recibido? Me has traído a la existencia y me has regalado la vida; en Cristo he descubierto quién soy y conozco a donde me dirijo.
La felicidad de no tener nada en este mundo es en realidad la dicha de haber recibido todo en Cristo. Cuando no tengo nada soy libre y es entonces cuando me doy cuenta de que lo poseo todo, porque para mí la vida es Cristo (Filipenses 1,21). La fiesta en el desierto me invita a danzar porque es un adelanto de la vida eterna que me espera junto a Él. ¿Qué tengo o qué soy que no haya recibido primero?
Fuente: kairosblog.evangelizacion.es