Religión en Libertad

En el lado estúpido de la historia

“Nos manipulan. Convierten el dolor ajeno en cortina de humo para mantenernos a los españoles divididos entre nosotros”

Banderas de Israel y Palestina

Banderas de Israel y Palestina

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Hablar de la situación en Gaza se ha convertido en un campo minado casi imposible de atravesar. Aquí en las redes sociales si señalas el crimen desproporcionado que está cometiendo Netanyahu te dicen que estás a favor de Hamas. Y si denuncias las despiadadas matanzas y secuestros de los terroristas, te llaman antipalestino. Pero la verdad es que la Verdad no cabe en esas estrechas trincheras ideológicas.

La realidad es demasiado compleja como para reducirla a un bando de buenos y otro de malos. Esto no son dibujos animados para niños. Nunca el Evangelio nos invitó a elegir un verdugo preferido. Lo cristiano tiene mas que ver con decir la verdad y denunciar el sufrimiento de los inocentes, sean de lado que sean, no entrar en la lógica mundana de "tu más" o "has empezado tu".

No significa ser equidistante el hecho de no posicionarse con ningún bando y señalar las atrocidades de unos y otros. Es de justicia hacer una defensa de quienes más sufren en cada momento, desde la libertad y no desde la estrechez ideológica. Es legítimo y correcto denunciar que en Gaza haya rehenes israelíes secuestrados y siendo humillados por terroristas al mismo tiempo que se denuncian las matanzas de familias y niños palestinos por parte de Israel.

Se habla hoy mucho de "estar en el lado correcto de la historia". Esa es la lógica ideológica de que te tienes que posicionar y dar por bueno todo lo que hagan los del lado en que te sitúas. Pero quien señala el mal de su “enemigo” mientras justifica el de los suyos es un títere de esas ideologías del odio. Se sitúa más bien en el lado estúpido de la historia.

El fin no justifica los medios. Nunca. La legítima defensa no es excusa para cometer crímenes contra inocentes. La opresión es mala y a la vez no justifica el terrorismo. El mal sigue siendo mal, aunque lo hagan "los de mi bando”. Condenar el terrorismo de Hamas no significa justificar a Israel. Denunciar las atrocidades de Israel no significa estar con Hamas. Significa ser honesto y regirse por la moral y la ética en defensa de la persona concreta que sufre.

Nos manipulan con esto. En España hubo protestas que terminaron con la suspensión de La Vuelta. Estoy seguro que muchos fueron a manifestarse con buena intención y de manera pacífica. Pero hemos visto insultos, cristales puestos en la carretera al paso de los ciclistas, familias con niños huyendo del lugar. Ha habido mucho bochorno. Y lo peor es que esa forma de actuar ha sido alentada y justificada desde instituciones públicas.

Hay muchos otros conflictos en el mundo de los que nunca hablan. Observando la situación en nuestro país cualquiera diría que lo que les importa no es Palestina o Israel sino que que están en una situación delicada por los casos de corrupción y tienen que taparlo. Convierten el dolor ajeno en cortina de humo para mantenernos a los españoles divididos entre nosotros. Hasta hay personas de fe que entran en esta lógica ilógica del posicionamiento.

Esa lógica del mundo no es la lógica de Dios. Esto funciona así: detrás de muchos gobiernos y de los partidos que hacen oposición hay poderes ideológicos y económicos que los financian y condicionan. El resultado es que se hacen políticas que no buscan el bien común sino sus intereses particulares para mantenerse en el poder. Cueste lo que cueste. Hacen que odies a tus amigos y familiares. No les importa que vivas crispado. Siembran división y enfrentanos entre nosotros para mantener ellos el control.

Lo cristiano no es elegir bando sino salirse de esos modos de obrar. Estamos en el mundo pero no somos del mundo. Ni justificamos secuestros, ni condescendemos cuando se lanzan misiles, ni minimizamos el terror contra los inocentes. El cristiano no se arrodilla ante bandos, solo lo hace ante el Crucificado. Nuestra arma es la verdad frente al que hace daño unida a la misericordia con quien sufre. Pero como no hay fe muchos no lo pueden entender, aún cuando dicen tenerla.

Hay quien dice que los cristianos somos tontos. A mi me parece que esto es mucho más inteligente porque requiere pensar y ver más allá, aunque te insulten. Me quedo con lo que Jesús dice: "Bienaventurados los que trabajan por la paz". Esa paz no vendrá de justificar el mal de los tuyos y condenar hasta el bien de los otros. La paz empieza cuando somos capaces de llamar mal al mal, venga de donde venga. Esa es la revolución de la verdad y del amor. Y tiene su máximo exponente en la cruz.

PD: No dejéis de escuchar lo que dicen el cardenal de allí, Pierbatista Pizzaballa, y también Gabriel Romanelli, el párroco de la Iglesia de Gaza. Son quienes mejor conocen lo que sucede, quienes acompañan in situ los sufrimientos y quienes tratan de dar luz y criterio desde el Evangelio.

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