El Pelé: el mártir del rosario

Así nos lo muestra el tráiler de la película Un Dios prohibido cuando, a partir del minuto 1:36, aparece la voz de la hija de El Pelé mientras martirizan al beato Florentino Asensio.

El actor Mauro Muñiz daba vida al santo gitano Ceferino Giménez Malla, conocido como El Pelé, (1861-1936). Antes de su conversión, Ceferino era tratante de caballos y artesano de cestería. Hombre de profundas convicciones religiosas, ingresó como laico en la Orden Franciscana Seglar en 1902 y se casó con su prima hermana Teresa Giménez. Tuvo fama de caritativo y piadoso, pasando sus días entre las misas diarias, el rezo cotidiano del santo rosario y su dedicación a la catequesis de los niños, a quienes contaba pasajes de la Biblia y les enseñaba las oraciones y el respeto a la naturaleza. Además de terciario franciscano, era miembro de diversas asociaciones religiosas como los Jueves Eucarísticos, la Adoración Nocturna o las Conferencias de San Vicente de Paúl.

En una ocasión, fue injustamente acusado de robo y encarcelado, aunque finalmente fue declarado inocente. Durante su juicio, el abogado que lo defendía dijo: «El Pelé no es un ladrón, es San Ceferino, patrón de los gitanos».

Destacó por un gesto de heroísmo: durante los días de la persecución religiosa de 1936, un grupo de milicianos republicanos estaban golpeando a culatazos a un sacerdote, por lo que Ceferino los reprendió por su conducta provocando la ira de estos; además llevaba consigo un rosario, por lo que lo tomaron preso y lo condenaron a muerte. Personas que le apreciaban le ofrecieron salvarle si abandonaba su rosario, pero se negó, sabiendo que ello le conducía a la muerte.

Murió, en coherencia con la vida de fe que había vivido, fusilado en el cementerio de Barbastro, en 1936, con el rosario en la mano, mientras gritaba su fe: Viva Cristo Rey.

Fue beatificado por san Juan Pablo II, un día como hoy, de 1997,​ convirtiéndose así en el primer gitano martirizado en ser elevado a los altares,​ su proceso de canonización se encuentra en la fase final.

Que con fe, devoción y amor nos ayude a no dejar de rezar nunca el santo rosario. Sobre estas líneas: urna-relicario con el rosario del gitano mártir que se conserva en la parroquia de San Francisco, en la ciudad de Barbastro (Huesca), y un detalle de la misma que permite apreciar el rosario más de cerca.