Belén, la paciente gallega de esclerosis múltiple, su madre Carmen y la fundación Abogados Cristianos son los responsables de la última victoria contra la eutanasia.

El caso estalló el 2 de noviembre, cuando dos funcionarios del Servicio de Salud gallego llamaron a la puerta de Carmen para eutanasiar a su hija enferma de esclerosis múltiple después de que esta lo solicitase en plena depresión. 

La madre se negó a abrir, amparada por Abogados Cristianos y su solicitud de medidas cautelarísimas al Juzgado de Instrucción, pues aseguraba que el proceso no cumplía los requisitos legales necesarios. También que la misma Belén se arrepintió de la decisión tomada. Aquel día, salvó literalmente la vida de su hija

Entre otros motivos, argumentaba que:

Ahora, casi un mes después, se puede hablar de un "caso cerrado", después de que la paciente haya pospuesto indefinidamente el proceso de su eutanasia que había solicitado previamente.

La paciente solicita aplazar la eutanasia "sine die"

Tal y como ha comunicado Abogados Cristianos la mañana de este miércoles, la paciente de 54 años habría solicitado la paralización del proceso mediante acta notarial ante la Consejería de Sanidad gallega.

La portavoz de Abogados Cristianos, María Riesco, ha asegurado a El Correo Gallego que  la paciente ha tomado la decisión después de hablar con su familia, "sobre todo con su hermana, su sobrina y con un tío carnal hermano de su madre" decidiendo después "aplazar la eutanasia sine die".

"El caso de Belén es una muestra más de cómo están fallando los protocolos de la eutanasia", expresa el comunicado de Abogados Cristianos. 

Para la presidenta de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, "el caso de Belén es una muestra más de cómo están fallando los protocolos de la eutanasia. Estamos abocando a personas con problemas a quitarse la vida sin ofrecerles alternativa. Es necesario que las Consejerías de Sanidad revisen estos protocolos y establezcan un tratamiento psicológico obligatorio como paso previo a practicar la eutanasia".

La madre de la paciente ha reiterado esta mañana en El Correo Gallego su oposición a un proceso que desde el principio se basó en "mentiras para que se pudiera aprobar". Destacó entre otras los datos "exagerados" y "falseados", la ausencia de estudio mental a la paciente por parte del Servicio de Salud Gallego o el hecho de no tener en cuenta la grave depresión que motivó la solicitud de la eutanasia, de lo que se arrepintió el 2 de noviembre.

"Está feliz de que no abriera la puerta"

"(Los sanitarios) vinieron a recoger a mi hija como si fuese un animal que se lleva al matadero, esa es la sensibilidad de nuestro Gobierno... ahora no está deprimida, está consciente, feliz y agradecida de que yo no abriera la puerta a los que venían a buscarla, está perfectamente... Nadie la ha obligado a hacer lo que ha hecho ante notario", asegura Carmen.

Las inconsistencias del caso se remontan al año pasado, cuando contagiada de Covid, Belén acudió a su médico de cabecera, que "en vez de decirle que necesitaba recuperarse o tratamiento psicológico, hizo un informe con cinco mentiras y adelante", detalla.

Ahora, la única posibilidad de recibir la eutanasia está en la misma paciente.

"Belén ha firmado las últimas voluntades ante notario y especifica claramente que si algún día depende de algún medicamento o de alguna máquina para seguir viviendo será el momento en que todo se acabe... Pero por ahora no hemos llegado a eso", concluyó Carmen.