Bélgica, país junto a su vecina Holanda, pionera en la eutanasia, sigue aumentando año a año el número de personas muertas bajo esta modalidad que permite quitar la vida de manera legal.

Según informa la agencia Zenit, más de 3.400 belgas recibieron la eutanasia en 2023, un 15 % más con respecto a 2022. Las estadísticas publicadas por la Comisión Federal de Control y Evaluación de la Eutanasia revelan que hubo 3.423 muertes notificadas oficialmente, el 3,1 % de todas las muertes en Bélgica.

Sin embargo, el Instituto Europeo de Bioética señaló que “los estudios científicos estiman que entre el 25 y el 35% de los casos de eutanasia no denunciados deberían añadirse” a esta cifra.

Cane destacar además que cerca del 71% de los pacientes tenían más de 70 años y el 42% tenían más de 80 años.

El número de casos de eutanasia en pacientes menores de 40 años fue sólo alrededor del 1%. Sólo hubo una eutanasia de una menor: una joven de 16 años con un tumor cerebral que donó sus órganos después de su muerte. Solo ha habido cinco casos confirmados de menores sacrificados desde que se modificó la ley de eutanasia de Bélgica en 2014.

La mayoría de los pacientes que optaron por la eutanasia en 2023 tenían cáncer (55%), una combinación de diversas enfermedades crónicas e incurables (23%) o enfermedades neurológicas como la ELA (10%).

La eutanasia por afecciones psiquiátricas aumentó ligeramente hasta aproximadamente el 1,4%. La demencia representa alrededor del 1,2%. La eutanasia era mucho más “popular” entre los hablantes de flamenco (70%) que entre los hablantes de francés (29%). La Comisión informó que 110 pacientes vinieron del extranjero –en su mayoría de Francia– para ser sacrificados.