Según ha informado este sábado la Santa Sede, el Papa Francisco mantendrá una reunión de dos días con los obispos chilenos, del 15 al 17 de mayo, tal como se había anunciado tras el encuentro del 8 de abril.

"El Santo Padre, interpelado por las circunstancias y los desafíos extraordinarios que plantean los abusos de poder, sexuales y de conciencia, ocurridos en Chile a lo largo de las últimas décadas, considera necesario examinar en profundidad sus causas y consecuencias, así como los mecanismos que han llevado en algunos casos a su encubrimiento y a las graves omisiones hacia las víctimas", afirma el comunicado.

Durante esa reunión, Francisco compartirá las conclusiones de la misión especial a Chile que confió al arzobispo de Malta, Charles Scicuna, y al sacerdote Jordi Bertomeu, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, "completadas además con los numerosos testimonios orales y escritos que Su Santidad ha continuado recibiendo en las últimas semanas".

En el encuentro participarán 31 obispos diocesanos y auxiliares y 2 obispos eméritos, así como el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos.

"El objetivo de este largo 'proceso sinodal' es discernir juntos, en la presencia de Dios, la responsabilidad de todos y cada uno en esas heridas devastadoras, así como el estudio de los cambios adecuados y duraderos que impidan la repetición de actos siempre reprobables. Es fundamental restaurar la confianza en la Iglesia mediante pastores buenos que testimonien con su vida el haber conocido la voz del Buen Pastor: que sepan acompañar el sufrimiento de las víctimas y trabajar de manera decidida e incansable en la prevención de los abusos", concluye el texto facilitado por la Oficina de Prensa, que añade que "no está previsto que el Papa Francisco haga ninguna declaración ni durante ni después de las reuniones, que se desarrollarán en estricta confidencialidad".

Precisamente fueron unas declaraciones del Papa durante su visita de enero a Chile, respaldando al obispo de Osorno, Juan Barros (acusado de encubrir los abusos del padre Fernando Karadima), las que detonaron esta última fase del proceso. Francisco reconoció en abril "graves equivocaciones" propias en la valoración del caso, "por falta de información veraz y equilibrada".