Francisco deseó con afecto al padre Giulio Michelini ser "un buen fraile", como resumen de las expresivas palabras que dedicó al religioso franciscano a la conclusión de los ejercicios espirituales cuaresmales que predicó al Papa y a miembros de la Curia.

El retiro concluyó este viernes por la mañana tras una semana de conferencias y meditaciones en la localidad de Ariccia, cercana a Roma.

Francisco recordó uno de los principios ignacianos de la meditación: “Hay una montaña de cosas para meditar, pero San Ignacio dice que cuando uno encuentra en los ejercicios algo de consuelo o desolación, debe quedarse allí y no ir adelante. Seguramente cada uno de nosotros ha encontrado una o dos, entre todo esto. Y el resto no se desperdicia, permanece y servirá para otra ocasión”.


De regreso al Vaticano, una vez concluidos los días de meditación cuaresmal.

El Papa fue muy efusivo con el padre Michelini: "Por el bien que has querido hacernos y por el bien que nos has hecho. Primero que nada, por mostrarte como eres, natural, sin caretas. Natural, sin cosas artificiales, con todo el bagaje de tu vida: los estudios, las publicaciones, los amigos, los padres, los jóvenes frailes a los que debes custodiar… todo, todo. Gracias por ser ‘normal’”.

En segundo lugar, le agradeció su buena preparación de los ejercicios: "Quiero agradecerte por el trabajo que has hecho, por cómo te has preparado. Esto significa responsabilidad, tomar las cosas en serio”.

Por último, animó al padre Michelini "a seguir trabajando por la Iglesia, en la Iglesia, en la exégesis": "En tantas cosas que la Iglesia te confía", concluyó, "pero sobre todo, te deseo que seas un buen fraile”.