Prosigue el Sínodo de la Amazonia en Roma y también las ruedas de prensa tras cada congregación. En una de estas últimas compareció el obispo de la diócesis brasileña de Cristalandia, Wellington de Queiroz Vieira, habló del debate instalado sobre la falta de sacerdotes y las posibles alternativas, como la ordenación de hombres casados o de las diaconisas.

Sobre este asunto, el prelado aseguró que “el principal instrumento del despertar vocacional es la santidad de los evangelizadores. Si se lleva una vida santa no faltarían vocaciones”.

Los jóvenes, "perdidos" y "sedientos de modelos"

De este modo, el obispo brasileño recalcó en su intervención que “los jóvenes con todas las ofertas del mundo contemporáneo están perdidos, están sedientos de modelos. Tenemos la obligación de ofrecerles eso, ejemplos de santidad. La santidad de la simplicidad de la vida, de la apertura al diálogo, del respeto a las diferencias del inquebrantable anuncio de la vida cristiana”.

Y ante el riesgo de desviar la mirada a lo accesorio, Monseñor Queiroz Vieira añadió que "la santidad comprometida con las transformaciones sociales no puede perder referencia a lo trascendente”.

Tal y como recoge Aciprensa, el obispo consideró que si bien se está hablando estos días mucho sobre los ‘viri probati’ su reflexión va más a “otros problemas distintos al celibato. Ciertamente el problema es nuestra incoherencia, los escándalos, nuestra falta de fidelidad. Muchas veces esto es un impedimento para que los jóvenes sigan este camino”.

Una mejor distribución de los sacerdotes

“Muchas veces con nuestro modo de actuar nos alejamos de eso. El Papa Francisco dice muchas veces que nos debemos acercar a las personas con proximidad, pero sabemos que muchas veces no les pasamos a ellas el perfume de Cristo, el verdadero mensaje. Con mucha facilidad somos anunciadores de nosotros mismos”, explicó en la rueda de prensa.

Por otro lado, el obispo de Cristalandia añadió que otro de los temas que se están tratando en el Sínodo es el de la “distribución de nuestros presbíteros. Hacen falta sacerdotes, pero eso se puede paliar si es que distribuimos mejor. En otras partes de América Latina hay más sacerdotes”.