En la que se considera la primera entrevista a Francisco realizada por una radio no confesional, Marcelo Figueroa, conductor del ciclo Diálogos para el encuentro, de la emisora argentina FM Milenium (www.fmmilenium.com.ar), habló con el Sumo Pontífice sobre diversos aspectos de la actualidad. El encuentro tuvo lugar en el Vaticano, el pasado 25 de agosto:

- Gracias a vos por invitarme a este diálogo para los oyentes de Radio Milenium. En un tema que había quedado pendiente desde que yo viniera al Cónclave en la grabación que nosotros teníamos con el Rabino Skorka y contigo: El tema de la amistad. Yo me quedé acá, no volví, tuve que devolver el billete y el tema sigue pendiente. Y bueno, hablemos ahora...

- O sea, que siga como antes. Porque si hay una amistad previa no cambia porque uno cambia de función. ¿No es cierto?

-Yo nunca tuve tantos "amigos" entre comillas, como ahora. Todos son amigos del Papa. La amistad es algo muy sagrado. La Biblia dice: "Tené uno o dos amigos". Antes de considerar a uno amigo, dejá que el tiempo lo pruebe, a ver cómo reacciona frente a vos. Y es lo que sucedió en nuestra historia.

»Vos evangélico, yo católico y trabajando juntos por Jesús. Pero no sólo funcionalmente, sino se fue dando esta amistad en la que también se involucró a tu mujer, tus hijos. Y en la que también se pasaron momentos oscuros. ¿No es cierto? Como cuando vos tuviste que pasar por el túnel de la incertidumbre que te da una enfermedad. Lo confieso, yo sentía la necesidad de estar cerca tuyo, de tu mujer, de tus hijos. Porque un amigo no es un conocido, uno con el cual pasa un buen rato de conversación. La amistad es algo hondo. Yo creo que Jesús quiso que se diera esto. Más allá de tu chiste de que sos "la oveja protestante mía", está ese acercamiento humano de poder hablar de cosas comunes con hondura.

- El amigo por interés, ya lo decía nuestro Martín Fierro: "Hacete amigo del juez, no le des de qué quejarse, pues siempre es bueno tener, palenque donde ir a rascarse". Pero, el sentido utilitario de la amistad, a ver qué provecho puedo sacar yo de acercarme a esa persona y hacerme amigo. A mí eso me duele. Y yo me he sentido usado por gente que se ha presentado como amiga y a quien yo quizá no había visto más que una o dos veces en la vida, y ha usado eso para su provecho. Pero es una experiencia por la que pasamos todos, la amistad utilitaria.

»La amistad es un acompañar la vida del otro desde un presupuesto tácito. En general las verdaderas amistades, no se explicitan, se dan y se van como cultivando. A tal punto que la otra persona ya entró en mi vida como preocupación, como buen deseo, como sana curiosidad de saber cómo le va a él, a su familia, a sus hijos Es decir que uno va entrando. Otra característica para distinguir la buena amistad de otras formas de amistad, que se llama amistad, pero son compañerismo, etc. Es que con un amigo, por ahí vos no te ves durante mucho tiempo, pero cuando te encontrás, y a veces pasan meses o hasta un año, sentís como si te hubieras visto ayer, enganchás enseguida. Es una característica muy humana de la amistad.

-De hecho, la actitud de Dios con su pueblo está preñada de cariño paternal, por supuesto, pero también de amistad. No sé cómo podamos interpretar eso de que Dios a Moisés le hablaba cara a cara, como un amigo le habla a otro amigo. Es decir: ¡Dios amigo de Moisés! Esa capacidad de confiarle todo, sus planes, lo que iba a hacer...



- En la Biblia hay una palabra después de la caída de Adán y Eva. Dios le dice a la serpiente "pondré enemistad entre ti y la mujer", y acto seguido Caín mata a su hermano en un acto de enemistad. Los hombres por nuestro pecado, por nuestra debilidad, fomentamos la cultura de la enemistad. Desde la guerra hasta los chismes de los barrios, o en el lugar de trabajo. Donde uno degrada, calumnia o difama al otro con mucha libertad, como si fuera lo más natural, aunque no fuera verdad, con tal de tener una posición más poderosa o algún otra cosa.

»Frente a la cultura de la enemistad, saliendo ya de lo que es la amistad personal de amigo, estamos hablando ya de la amistad social, hay que trabajar por una cultura del encuentro, es decir de una fraternidad. En la Biblia hay una escena que empieza con la cultura de la enemistad y termina después de años con un encuentro de amor: la historia de José. José por celos es vendido por sus propios hermanos. Y José cuando los reencuentra por casualidad, por el designio de Dios, después de tantos años, se esconde para llorar, porque el amor lo tenía adentro hacia sus hermanos, pese a que lo habían vendido. Ahí tenés un ejemplo de amor, de amistad, de cultura del encuentro: "Yo soy José, vuestro hermano. ¿Cómo está nuestro padre?".

- Es verdad, juez es sólo Dios. Y nos encanta erigirnos en jueces. ¿Para qué? Para distanciarnos. Juzgar a otro crea distancia, siembra distancia. Como aquel de la parábola del Evangelio que a la noche fue y sembró cizaña, y siembra distancia, siembra enemistad. Y en esta cultura de la enemistad que pervade todo, nuestros gestos, nuestras búsquedas, tienen que ir por el lado de la amistad.

- Ninguna religión es inmune a sus propios fundamentalismos. En toda confesión habrá un grupito de fundamentalistas, cuyo trabajo es destruir en aras de una idea, no de una realidad. Y la realidad es superior a la idea.

»Dios, sea en el judaísmo, sea en el cristianismo, sea en el islamismo, en la fe de esos tres pueblos, acompaña a su pueblo, es una presencia de compañía. En la Biblia lo vemos, los islámicos en el Corán. Nuestro Dios es un Dios cercano, que acompaña. Los fundamentalistas alejan a Dios de la compañía de su pueblo, lo desencarnan, lo transforman en una ideología. Entonces, en nombre de ese Dios ideólogo, matan, atacan, destruyen, calumnian. Para ser un poco práctico, transforman a ese Dios en un Baal, en un ídolo.

- Es una oscuridad transversal que nos quita horizonte, nos encierra en convicciones, y lo digo entre comillas, en ideologías. Es una muralla, entonces no hay encuentro, siempre busco en el otro un desencuentro. Pongo una muralla en vez de tender un puente y ahí la amistad de los pueblos no se puede dar.


- El optimismo es una actitud sicológica, que es sana, es buena. Hay momentos donde sos pesimista. El problema está en si uno tiene esperanza, y yo tengo esperanza. La esperanza no defrauda. El optimismo te puede defraudar. Mañana que te levantás con un ataque al hígado, y estás pesimista. La esperanza es saber que allá está la promesa de Dios. Aquello de Pablo a Timoteo: "Y si le somos infieles, Él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo", un Dios que es la fidelidad. Y por eso espera, padece, tiene paciencia. Es lindo hablar de la paciencia de Dios.


- Es un misterio la paciencia de Dios, como también es necesaria la paciencia para forjar una buena amistad entre dos personas. Tiempo y paciencia. Como dicen los árabes: "comer varios kilos de sal". Mucho tiempo de hablar, estar juntos, conocerse y ahí se forja la amistad. Esa paciencia en la cual una amistad es real, sólida. Porque en ese tiempo pasan muchas cosas en la cual hay que responder como amigo, o como indiferente.

- Él lo dijo en la Cena: "Ya no los llamo siervos, sino amigos". El siervo no sabe lo que va a hacer su señor, el amigo sí. O sea conoce los secretos. Lo que significa hoy, es dejarse decir amigo por él. Porque, frente a la palabra de Jesús que te dice amigo, o sos un tonto, o un desgraciado que no entendés lo que significa, o abrís tu corazón y entrás en ese diálogo de amistad. Jesús apuesta mucho a ahí, porque podría haber dicho el maestro, el doctor, podría haber dicho tantos títulos. No, "ustedes son mis amigos, yo los escogí por amigos".

- Siento la necesidad de acercarme, la cercanía, la projimidad. A veces hay chicos que me conmueven, hay enfermos que me conmueven, y siento la necesidad. Una de las última veces en la plaza, paso y veo una viejita con unos ojos hermosos. Entonces hice detener y me bajé y le pregunté: Abuela, ¿cuántos años tiene? Noventa y dos. Estaba fuerte, ella ahí, parada. Le digo: "Abuela, ¿porque no me da la receta?". "¡Como ravioles y los hago yo!". ¡Un sentido del humor, de belleza! Yo no digo que esa señora es mi amiga, pero que hubo una cercanía a una vida. Y a mí me marcó, porque me enseñó a sonreír, me enseñó a mirar limpiamente, me enseñó el sentido del humor...



- Es que Jesús me abraza en ella. No es solamente que yo voy a dar, voy a recibir. No sólo la receta de los ravioles, sino a recibir una vida contenta, alegre, un testimonio de vida.

- Yo necesito a los fieles, los fieles me dan a mí, me dan de su vida. A veces cuándo gritan, cuando me acerco a saludarlos uno por uno por uno y me dicen sus penas, yo los recibo. El cura tiene que ser un puente, por ello se llama un pontífice, o sea que hace puentes, no un asilado. Cuando un cura se aísla, ya sea en su postura hierática, o en su postura legalista, o en su postura de príncipe -cuando digo cura, digo obispo, papa- cuando se aleja, de alguna manera encarna a aquellos personajes a los cuales Jesús les dedica todo el capítulo veintitrés del Evangelio de Mateo. Esos legalistas, fariseos, saduceos, doctores de la ley que de alguna manera se sentían "puros"...

»Qué linda esa parábola del Evangelio cuando el fariseo delante del altar le dice: "Te doy gracias Señor porque no soy como la demás gente, incluso como aquél que está allá atrás... "que era un publicano, un pobre pecador. Y el otro decía: "Perdoname Señor que soy un pecador" ¿Jesús qué dice? "Salió justificado éste, no aquel". Cuando un pastor no se acerca a su pueblo, no solo para darle, sino para recibir de su pueblo, que tiene su mismo bautismo, o sea su misma identidad, no es pastor.


- No es sólo ejemplo, es mi identidad. Me siento cura, y me sale eso. Si no, no sería cura, sería un empleado de la Iglesia. A mí me sale así ser cura. Un encuentro con los fieles, y escuchar no solo las confidencias de los dolores de los fieles, sino también los buenos consejos que te dan.

- Yo sé que soy un pecador, y entonces lo hablo con Jesús y un poco me río: "Che, que buena que es la gente, como piensa, que buena que es". Lo bueno que yo tengo se lo agradezco a Él. Puro regalo, puro don. De plagiado no tengo nada, es puro don.


- Un pastor, sea de la confesión que sea, no tiene límites. Es pastor y es pastor. Y uno tiene que luchar contra los propios egoísmos, que yo también los tengo, para que no anulen lo que Jesús te pide de ser pastor, estar metido en medio de su pueblo. Cuando vos leés el Evangelio de Jesús, dice que la gente lo apretujaba, usa ese verbo...

- Evidentemente que maltratamos la creación. No somos amigos de la creación, la tratamos a veces como el peor enemigo. Pensá en deforestaciones, mal uso del agua, métodos de extracción de minerales con elementos como arsénico, cianuro que después terminan enfermando a los pueblos. Dios nos dio una incultura para que la hiciéramos cultura. Cuando dice: "¡Crezcan multiplíquense, dominen la tierra, cuiden la tierra!" O sea, una incultura para que la hiciéramos cultura y así fue progresando la civilización haciéndola cultura.

»Pero llega un momento en donde el hombre ya no es el que tiene la misión de hacer la cultura, sino que se siente patrón. Y entonces sigue adelante más allá de lo que significa cuidar la tierra, y la descuida. Descuida la creación para llevarla delante a su propósito. Y entonces el hombre termina siendo el creador de una segunda incultura. La primera incultura nos la da Dios para que la hagamos cultura. Cuando yo me apropio de tal manera con suficiencia y soberbia, más allá de los límites que la misma naturaleza me está dando, empiezo a crear la incultura. La energía atómica es buena. Hemos descubierto una energía que necesita ser cuidada, protegida, pero no es mala en sí misma. Pero cuando mirás Nagasaki e Hiroshima, para irnos setenta años atrás, ves lo que es esa cultura transformada en incultura.

»Varias veces me gusto a mí contar esto de un rabino medieval, del siglo XIII. Cuando hablaba de la Torre de Babel, vos me lo escuchaste seguro. Decía que era un trabajo muy arduo porque había que hacer los ladrillos y para eso había que armar el barro, buscar la paja, amasarla, después una vez amasada armar los ladrillos, secarlo, meterlos en el horno, cocinarlos, y después ir subiéndolos a la torre. Estaban haciendo una cultura, querían hacer una torre grande. Si se caía un ladrillo era un desastre y al que lo dejaba caer lo castigaban. Si se caía un obrero, no pasaba nada, se murió.

- Evidentemente tomando conciencia, lo primero de todo. Es un sistema que por ganar dinero, porque en el fondo está el dinero, el "becerro" siempre es de oro, el ídolo es de oro y está en el centro. Se ha desplazado al hombre del centro y ahí está el dinero. No se tiene en cuenta lo creado, entre ellos el hombre. La esclavitud, el trabajo esclavo, no cuidar la creación, no cuidar al rey de la creación... Es decir, tenemos una mala relación con la creación en este momento.

»Me viene una expresión muy porteña no sé si es apropiada en boca de un Papa: ¡Porque nos pasamos de rosca! Y no cuidamos la creación, para poder explotar mejor la minería; la deforestación para hacer el monocultivo, cuando la tierra necesita el cultivo variado. Me acuerdo cuando estudiaba química, tres años de maíz, dos años de alfalfa, es decir todo el proceso de nitrogenación de la tierra. Ahora, monocultivo hasta que se agote la tierra...

- Las represas hidroeléctricas que están planeadas por ejemplo en el Amazonas. El Amazonas abarca varios países, así que no sé de qué país, por eso no hablo mal de ningún país. Pero represas hidroeléctricas que significan un desequilibrio total en el ecosistema.

- Recuerdo la frase de un dirigente político muy importante del mundo: "No se trata de cuidar la creación para formar un mundo mejor para nuestros hijos, es que no lo habrá". Si seguimos en este ritmo, no lo habrá. Se trata de cuidar la creación para este momento. Estamos al borde de lo irreversible, es trágico esto. Y por otro lado, no es invencible porque, aunque se llegue a la catástrofe yo creo en la tierra nueva y en los cielos nuevos. Tengo esperanza y sé que la creación va a ser transformada.

- Agradecerles que hayan gastado parte de su tiempo en escucharnos a nosotros dos, que no somos precisamente una telenovela divertida. Agradecerles todo el bien que puedan hacerle por cuidar la creación. Pedirles que recen por mí, necesito. Y de todo corazón les deseo que Dios los bendiga.