El secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, ha confirmado ante los medios de comunicación italianos la intención del Vaticano de renovar el acuerdo provisional con China que se firmó en 2018 y que entre otras cosas trata el nombramiento de obispos en el país comunista.

El número dos de la Santa Sede ha recordado que el acuerdo no ha expirado sino que lo hace en octubre, aunque según distintas fuentes la intención de ambas partes es que se renueve.

“Con China, nuestro interés actual es normalizar la vida de la Iglesia tanto como sea posible, para asegurar que la Iglesia pueda vivir una vida normal, que para la Iglesia Católica es también tener relaciones con la Santa Sede y con el Papa”, indicó el cardenal Parolin.

El acuerdo provisional fue firmado en septiembre de 2018 y aunque el Vaticano no detalló entonces el contenido del acuerdo, sí dijo que trataba de "el nombramiento de obispos, un asunto de gran importancia para la vida de la Iglesia (católica)" y creaba "las condiciones para una colaboración más amplia a nivel bilateral".

La realidad es que la situación de la Iglesia y de los católicos chinos lejos de mejorar ha empeorado. Numerosas iglesias han sido víctimas de los ataques del régimen ya sea para su clausura o para la retirada de las cruces de sus campanarios.

Tal y como recuerda EFE, los lazos diplomáticos entre China y el Vaticano son oficialmente inexistentes desde 1951 por la excomunión por parte de Pío XII de dos obispos designados por Pekín, a lo que las autoridades chinas respondieron con la expulsión del nuncio apostólico, que se asentó en la isla de Taiwán. China, por su parte, tiene su propia Iglesia Patriótica Católica desde 1949, cuando Mao Zedong estableció en Pekín la República Popular China.