El Papa firmó el pasado 9 de agosto un mensaje que se ha hecho público este miércoles, dirigido a Armando José María Rossi, obispo de Concepción, con motivo de los 50 años de la erección de esta diócesis argentina.

Se trata de una diócesis muy querida para Francisco, pues el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, predicó en ella los ejercicios espirituales para el clero diocesano: "Recuerdo los rostros de los curas y rezo por ellos", afirma.

El Papa centra su mensaje en tres palabras: “Caminar, dejarse discipular y anunciar. Caminar: ustedes saben que le tengo miedo a los cristianos quietos. Terminan como el agua estancada. Dejarse discipular: también me dan miedo lo que se creen que ´se las saben todas´, los suficientes. Sin darse cuenta van cerrando su corazón al Señor; terminan centrados en sí mismos. Son los cristianos a quienes podríamos llamar ´cristianos yo conmigo para mí´".

En cuanto al anuncio, Francisco explica que "cuando uno se encuentra con Jesús vive el estupor maravilloso de ese encuentro y siente la necesidad de buscarlo a Él en la oración, en la lectura de los Evangelios. Siente la necesidad de adorarlo, de conocerlo... y siente la necesidad de anunciarlo. Y esta es la tercera palabra: anunciar, es decir ser misioneros, llevar el nombre, la enseñanza, los gestos de Jesús a los hermanos".

En resumen, "el cristiano camina, se hace discípulo y anuncia. No está quieto, sale de sí mismo: sale de sí mismo para anunciar la Buena Nueva de Jesús a los hermanos".