La prensa italiana e internacional publica desde el martes 2 de julio por la mañana que la reunión plenaria de cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos ha dado su aprobación formal al segundo milagro atribuido a Juan Pablo II, y que ya solo falta que el Papa Francisco firme el decreto de canonización y se establezca una fecha para celebrar la ceremonia. 


Ni la Sala de Prensa de la Santa Sede, ni ninguna otra autoridad vaticana se ha pronunciado públicamente ni ha confirmado estos pasos, igual que no se pronunciaron en las semanas pasadas cuando la prensa habló de la confirmación por parte del comité médico y se refirieron a la curación milagrosa de una mujer en Costa Rica, y la comisión de teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos ya habría dado el pasado 18 de junio luz verde al segundo milagro atribuido Karol Wojtyla. Ante preguntas de la agencia AFP, jefe de la Sala de Prensa, Federico Lombardi, se negó a confirmar o desmentir las informaciones.

La portavoz de los obispos de Costa Rica, Alejandra Barrantes, repitió a la prensa del país, que lleva días tratando de confirmar que sea su “milagro tico” el que lleve los altares al Papa polaco, que Roma no ha dado ninguna información sobre estos hechos. Daniel Blanco, canciller de la Curia costarricense, insistió en que las informaciones no son oficiales.


El diario ´La Stampa´ cree que Juan Pablo II podría ser canonizado junto a otro Papa: Juan XXIII, fallecido hace 50 años y beatificado en el año 2000.

Otras fuentes consideran que la canonización podría tener lugar en diciembre de 2013, justo después de clausurarse el Año de la Fe.

Juan Pablo II fue proclamado beato en mayo de 2011, a tan sólo seis años y 29 días de su muerte. El milagro elegido para la beatificación fue el de Marie Simon-Pierre, una monja francesa a la que en 2001 le fue diagnosticado Parkinson, una enfermedad degenerativa incurable, de la que se curó después de rezar a Juan Pablo II.


Según han difundido los medios costarricenses y otros medios de comunicación, el milagro para la canonización sería el de Floribeth Mora, una mujer de Tres Ríos, Cartago, con cuatro hijos y cuatro nietos, que superó un aneurisma cuando ya estaba desahuciada.

Tras varios intentos por cerrar el goteo de sangre que sufría en su cerebro, el equipo médico que la atendía tuvo que desistir al encontrarse la dilatación en un lugar de difícil acceso. A partir de este momento, la situación empeoró sobremanera.

El 1 de mayo de 2011, en la plaza de San Pedro, más de un millón de personas participaron en la beatificación de Juan Pablo II. Ese día, la familia de Floribeth acudió a misa a la parroquia. Con pocas fuerzas, pero de nuevo animada por su esposo, acudieron al centro del barrio porque se estaba celebrando una procesión. 

«En ese momento estaba pasando una carroza con la imagen de Jesús Sacramentado y sentí un frío en el cuerpo. Me bajé del coche y fui hasta allí».

Entonces, el sacerdote que acompañaba a la procesión declamaba una oración: «¡Oh, Señor! Hay una sanación». La mujer se detuvo y se puso a rezar: «Le pedimos a nuestro Papa Juan Pablo que nos ayudara a pedirle a Dios que me ayudara». «Salí de ese parque con la fe de que yo fui la sanada».


Además, días después Floribeth acudió al Santuario de la Virgen de Ujarrás que contaba con unas reliquias del Papa polaco. El padre Dónald Solano le enseñó la reliquia y ella la tocó. «Seis meses después me hicieron otro examen en el cerebro y me indicaron que el aneurisma había desaparecido para la honra y la gloria de mi Dios».

Según publicó el jueves 20 de junio el diario «La Nación» de Costa Rica, el neurocirujano Alejandro Vargas Román, que atendió a Floribeth Mora durante su enfermedad, confirmó que no encontró explicación científica a la desaparición repentina del aneurisma que padecía cuando analizaron los exámenes posteriores a aquel 1 de mayo de 2011.