La previsión fue “respetada”: ayer por la noche hubo humo negro sobre la Sixtina. En el primer escrutinio se dividieron los votos el súper favorito Scola y sus competidores más fuertes: Scherer, Bergoglio, Ouellet, Dolan. La primera votación no tuvo resultado positivo, como se esperaba.

“Por ahora no hay ninguna mayoría, pero algunos candidad¡tos con pocas preferencias se retirarán dentro de poco”, explicó un purpurado que participó en el Cónclave de 2005 y en las Congregaciones generales de la semana pasada. El cardenal estadounidense Dolan, prevé una “fumata” blanca” a más tardar para el jueves.

Cuando alguno de los candidatos alcance los 77 votos necesarios, los católicos del mundo tendrán un nuevo guía espiritual y se cerrará uno de los periodos más complicados de la historia eclesiástica, caracterizado por constantes obstáculos y por las diferencias entre la Curia y la acción purificadora de Ratzinger, que ayer vio por la tele el “extra omnes” desde Castel Gandolfo.

Su secretario particular, mons. Gänswein, fue uno de los últimos que salió de la Sixtina ayer por la tarde. Sodano no vota, porque tiene más de 80 años, pero indicó a los purpurados la necesidad de que la Iglesia esté unida, proclame el mensaje de la justicia y de la paz a nivel mundial.

Además el cardenal decano del colegio de los cardenales pidió a los cardenales que la Iglesia practique el mensaje del amor. “L’Osservatore Romano” indicó que cada Pontífice expresa a la Iglesia que lo ha elegido. Es decir, las novedades y las tradiciones se mezclan en la vida de una Iglesia que tiene una historia de dos milenios.