"Con más de 80 años, el cardenal Próspero no tendrá ningún papel en un eventual Cónclave para elegir al Papa", aseguraba el "Malta Times" cuando Benedicto XVI creó cardenal el 18 de febrero de 2012 a este anciano agustino maltés. Y el periódico isleño se equivocó.

El cardenal Próspero Grech ha tenido un importantísimo papel en este segundo cónclave del siglo XXI: no puede votar, pero predica a los 115 electores reunidos, después de los juramentos, justo antes de su primera votación.

Cuando Guido Marini, el maestro de ceremonias, después de pronunciar suavemente el "Extra omnes" se dirigía hacia las puertas de la Capilla Sixtina para cerrarlas, se podía ver a esta figura alta, delgada y anciana, de 87 años, vestida de rojo, ascender en dirección al altar.

El otro Cónclave del padre Grech
No es el primer Cónclave de Grech. Él estuvo en el cónclave de 1963 escuchando en confesión a Giovanni Battista Montini... un par de horas antes de convertirse en el Papa Pablo VI.

Grech nació en Vittoriosa, Malta, dos días antes de Navidad de 1925. Durante el asedio de Malta en la Segunda Guerra Mundial, defendió la isla -entonces bajo control británico- como artillero de la Royal Malta Artillery



Después se unió a la orden de los agustinos cuando aún estaba Europa en guerra, en 1943, y fue ordenado sacerdote en San Juan de Letrán, en Roma, en 1950. Se doctoró en Teología en la Gregoriana de Roma en 1953, se licenció en Sagrada Escritura en 1954 y estudió lenguas semíticas en Oxford y Cambridge entre 1957 y 1959.

Colaborador fiel de Ratzinger

De vuelta a Roma, cuenta que ayudaba a ponerse las vestiduras litúrgicas a Juan XXIII y Pablo VI, pero era ante todo un estudioso y profesor. Fue uno de los co-fundadores del Instituto Patrístico Agustiniano en 1970, y durante años fue un colaborador de Joseph Ratzinger en Doctrina de la Fe. Hombre de confianza de Roma, fue enviado como visitador (inspector) a los seminarios de la India en ciertos momentos complicados.

Hace poco más de un año, Benedicto XVI, viendo acercarse el final de su Pontificado, decidió crear cardenal a este amigo anciano que, como él, es un superviviente de la Segunda Guerra Mundial, el segundo cardenal maltés de la historia (el anterior era Fabrizio Sceberras, muerto en 1843).

Este es el hombre que esta tarde predica a 115 cardenales, de los cuales ninguno tiene 81 años, de los cuales ninguno fue padre conciliar ni asesor en el Concilio Vaticano II. Un hombre de la generación Ratzinger, que cañoneó los barcos de Mussolini, para pedir a la Iglesia que escuche al Espíritu Santo y busque un timonel que guíe la Barca de Pedro en los mares del siglo XXI.