El ex ayudante de cámara del Papa Benedicto XVI, Paolo Gabriele, dentro de poco comenzará a trabajar en el Hospital Pediátrico del Vaticano, el “Niño Jesús”. Lo indicaron diferentes agencias internacionales, después de que la noticia fuera anticipada por “Il Messaggero”.

“Paoletto”, después de haber sido condenado a 18 meses de reclusión por el “robo agravado” de documentos confidenciales del Papa durante el proceso que se llevó a cabo en el Vaticano por el caso “Vatileaks”, recibió la gracia papal antes de Navidad. A partir de entonces ha continuado su vida con su familia en el pequeño departamento que se les asignó en el Vaticano.

En un comunicado publicado en ocasión de la gracia, el pasado 22 de diciembre, la Secretaría de Estado vaticana había subrayado que Gabriele no habría podido volver a su anterior trabajo ni vivir dentro del Vaticano, aunque la Santa Sede le habría ofrecido la «posibilidad de retomar con serenidad la vida en compañía de su familia».

«También se tiene en consideración la situación de su familia y la benevolencia con la que el Papa ha querido intervenir en la situación –había explicado el padre Federico Lombardi–, por lo que se le ofrecerá una posibilidad de vivienda y de empleo, pero no en la sede del Estado de la Ciudad del Vaticano».

Según las noticias, Gabriele tendría que comenzar a llevar a cabo «tareas como empleado» en la sede del hospital que fue inaugurada hace poco cerca de la Basílica de San Pablo Extramuros. Al mismo tiempo, dentro de algunos meses, el ex mayordomo debería dejar su departamento vaticano para mudarse con su familia a una nueva vivienda, que le será ofrecida por el Vaticano, cerca de su nuevo trabajo. A su viejo departamento, en cambio, se mudará seguramente el nuevo asistente de cámara del Papa, Sandro Mariotti.

Por lo que se ha dado a entender, Gabriele podría trabajar indirectamente para el Hospital “Niño Jesús”, mediante estructuras relacionadas. No ha habido por el momento ningún comentario al respecto por parte de las autoridades del hospital. El vocero del Vaticano, el jesuita Lombardi, dijo que no pretende intervenir en un asunto relacionado con un ciudadano.