L´Osservatore Romano de este sábado recoge y valora el esfuerzo dedicado el viernes por el diario del episcopado italiano, L´Avvenire, para realzar la figura de Pablo VI una vez el Papa firmó el decreto de virtudes heroicas que le convierte en Venerable.

En particular, respalda la interpretación del cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán (sede desde la cual Gianbattista Montini accedió al Pontificado), según la cual Pablo VI "no fue sólo quien llevó a término la intuición del Beato Juan XXIII" al convocar el Concilio, "sino quien inició con decisión -desmintiendo algunos lugares comunes- la tarea de recepción del Vaticano II". Hay, por tanto, "un hilo que vincula la intención de [Angelo] Roncalli [Juan XXIII] con el actual pontificado", hilo que sería impensable "sin la figura de Pablo VI".

Pablo VI nombró en 1977 arzobispo de Múnich a Joseph Ratzinger, cuya labor como teólogo particular del cardenal Josef Frings (una de las figuras de relevancia en el Concilio), y como participante decisivo en la fundación de las influyentes revistas teológicas Concilium pimero y -tras las desviaciones de ésta- Communio después.

Por su parte, el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, señala que "el Papa Pablo VI tuvo una fe inquebrantable en el Evangelio, en la santidad de la Iglesia, en la bondad de los valores de la tradición cristiana y en la defensa del Concilio ecuménico Vaticano II. Su Credo del Pueblo de Dios es la prueba convincente de ello".

"La santidad de los Papas", añade, "demuestra que su magisterio era sostenido y acompañado por una profunda vida de fe, de esperanza y de caridad". "No hay prisa", en cualquier caso, por la "canonización" del Papa Montini, concluyó, también por "respeto a su enorme figura".