El fiscal del Vaticano ha abierto una investigación contra la Gendarmería Vaticana para clarificar por qué motivo el mayordomo pasó más de quince días con la luz encendida en una pequeña celda en la que no podía ni estirar los brazos.

El periodista Andrés Beltramo señala que “se le preguntó si era verdad que durante 15 ó 20 días en el primer tiempo estuvo en una celda que era tan pequeña que no podía ni extender los brazos. Y él dijo que sí, de alguna manera se lamentó. Y también le preguntaron si había sufrido algunas presiones psicológicas. Y él dijo que sí, que había sentido algunas presiones psicológicas de alguna manera, relacionadas con el que le hayan negado la almohada”.

La Gendarmería niega que hubiera malos tratos.Asegura que los agentes ofrecieron al mayordomo una máscara para los ojos y que él pidió que la luz estuviera encendida “porque le hacía compañía”.

La luz estaba siempre encendida para evitar que se autolesionase.

El mayordomo almorzó siempre junto a varios gendarmes que ya conocía, rechazó hacer deporte en el gimnasio de la policía vaticana, pasaba una hora al día al aire libre, y pudo reunirse con sus familiares sin límites de horarios.