Pese a que la pandemia de coronavirus tiene paralizado medio mundo y la Iglesia en buena medida no es una excepción, la Santa Sede intenta mantener ciertas tareas como son los nombramientos por parte del Papa.

Este martes, el Boletín oficial de la Santa Sede ha publicado el nombramiento del sacerdote español Luis Miguel Muñoz Cárdaba como nuevo nuncio en Sudán y Eritrea, un destino complicado debido a la violencia en Sudán y al régimen anticristiano de Eritrea, que llegó a mantener detenido al cardenal de Etiopía cuando intentaba visitar a los católicos perseguidos de su país vecino.

Con este nombramiento, el hasta ahora monseñor será elevado la dignidad de arzobispo. Nacido en la localidad segoviana de Vallelado en 1965, este religioso de 55 años fue ordenado en 1992 y se incardinó en la Archidiócesis de Toledo.

Experiencia en importantes nunciaturas

Licenciado en Teología, Derecho Canónico y Jurisprudencia, Luis Miguel Muñoz ingresó en 2001 en el servicio diplomático de la Santa Sede el 1 de abril de 2001 y en estos años ha prestado servicio en las nunciaturas de Grecia, Méjico, Bélgica, Australia, Francia, Turquía e Italia.

De hecho, en Italia llegó a ser el secretario de la Nunciatura en Italia, el cargo más alto hasta entonces ejercido por un no italiano. Este diplomático español habla español, italiano, francés e inglés y a partir de ahora tendrá por delante una ardua tarea en una de las zonas más pobres y conflictivas del mundo.

Tras conocerse el nombramiento, el Arzobispo de Toledo, Monseñor Francisco Cerro Chaves, lo ha comunicado a toda la Archidiócesis y ha agradecido al Papa Francisco, en nombre de toda la comunidad diocesana, “que haya escogido a un miembro de nuestro presbiterio para ese importante servicio eclesial, el de ser su Representante ante las iglesias particulares de Sudán y Eritrea y ante las autoridades de dichos estados. Se trata de un nombramiento histórico porque es la primera vez que un sacerdote de Toledo desempeñará tan importante tarea eclesial. Os exhorto a vivirlo como un signo más de la histórica y profunda comunión que ha existido siempre entre esta Sede Primada de España y el Sucesor de San Pedro”.