EL SEGUNDO MANDAMIENTO: No tomarás el nombre de Dios en vano.


359 ¿Por qué quiere Dios que su «nombre» sea sagrado para nosotros?


Decir a alguien el propio nombre es una muestra de confianza. Al decirnos su nombre, Dios se da a conocer y nos concede, mediante este nombre, el acceso a él.
Dios es totalmente verdad. Quien invoca a la verdad por su nombre, pero la emplea para testificar una mentira, comete un pecado grave. [2142-2149, 2150-2155, 2160-2162, 2163-2164]

No se debe pronunciar el nombre de Dios de forma irreverente. Pues lo conocemos únicamente porque él nos lo ha confiado. El nombre es La llave de acceso al corazón
del Todopoderoso. Por eso es una falta grave blasfemar, maldecir usando el nombre de Dios y hacer falsas promesas invocando su nombre. El segundo mandamiento es por tanto una defensa de todo lo «santo». Lugares, objetos, nombres y personas que han sido tocados por Dios son «santos». La sensibilidad por Lo santo se denomina
reverencia. 

Así como hay que amar a Dios con la contemplación, también hay que amar al prójimo
con la acción. No es posible amar si no se hace la experiencia tanto de una como de
otra.  SAN ISIDORO DE SEVILLA

Bendito sea el nombre del Señor ahora y por siempre. Sal 113,2


360 ¿ Qué significa la señal de la Cruz?


Mediante la señal de la Cruz nos ponemos bajo la protección de la Santísima Trinidad.
[2157,2166]

Al comenzar el día, al comenzar una oración, pero también al comenzar una empresa importante, el cristiano se pone bajo el signo de la Cruz y comienza su tarea con ello «en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo». Esta invocación del nombre del Dios trino, quenos rodea por todas partes, santifica los asuntos que emprendemos; nos otorga -> BENDICIÓN y nos fortalece ante las dificultades y tentaciones.

¡No nos avergoncemos de mencionar al Crucificado, sellemos llenos de confianza la frente con los dedos, hagamos la señal de la Cruz sobre todo, sobre el pan que comemos, sobre el vaso del que bebemos! Hagámosla al llegar y al partir, antes de dormir, al acostarnos y al levantarnos, al caminar y al descansar.
SAN CIRILO DE JERUSALÉN


361 ¿ Qué significa para el cristiano recibir en el Bautismo un determinado nombre?

«En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» el hombre es bautizado con un nombre. El nombre y el rostro son los que hacen único al hombre, también y finalmente ante Dios. «No temas, que te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío». (Is 43,1). [2158]


Los cristianos tratan con respeto el nombre de cada persona, porque el nombre está profundamente unido a la identidad y a la dignidad del hombre. Desde antiguo los cristianos buscan para sus hijos un nombre en la lista de los santos; lo hacen en la creencia de que el patrono es un modelo para ellos e intercede de modo especial por
ellos ante Dios.

No borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi
Padre y delante de sus ángeles. Ap 3, 5