Santos Lussorio, Cesello y Camerino, mártires. 21 de agosto.

Vivía en Cerdeña un soldado pagano llamado Lussorio el cual por accidente había encontrado un libro de los Salmos, que comenzó a leer con agrado. Y leyó: "No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios". (Sal. 86, 810). Esta alabanza le llenó el corazón y quiso conocer al Dios de los cristianos. Se fue a una iglesia y cuando entró estaban cantando "Haz bien a tu siervo; que viva, y guarde tu palabra. Abre mis ojos, y veré las maravillas de tu ley. Forastero soy en la tierra; no escondas de mí tus mandamientos. Quebrantada está mi alma de desear tus juicios en todo tiempo". (Sal. 118, 17-20). Esta experiencia de la Palabra de Dios le hizo abrir los ojos definitivamente y se dedicó con diligencia a leer y meditar la escritura, comenzando por los profetas y terminando con los Evangelios. Al conocer la Verdad de Cristo, fue bautizado.

Imperaban entonces Diocleciano y Maximiano, estos enviaron al juez Delfino a Cerdeña hacer cumplir el edicto que obligaba a todos los cristianos a cumplir la ley y sacrificar a los dioses. Lussorio fue uno de los primeros en ser llevados ante Delfino, y con él dos niños pequeños llamados Cesello y Camerino. Delfino ordenó a Lussorio que renegara de Cristo, y él le contestó: "¿Cómo puedo negarle, cuando mi conciencia proclama que es mi Dios? No puedo hacerlo". Entonces fue atado a un poste y azotado. Mientras, los dos niños entonaban cánticos de júbilo. Y Delfino mandó fueran decapitados los tres. Era el año 303.

Aunque hay algunas imprecisiones, como algunos martirologios que ponen a Lussorio como obispo, y le añaden algún compañero más, este relato se considera auténtico por su sobriedad y ausencia de elementos anacrónicos o milagros exagerados.

Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
 

A 21 de agosto además se celebra a Santos Bonoso y Maximiano, mártires.