Miles de personas secundaron esta domingo en Madrid la manifestación convocada por HazteOir bajo el lema Sí a la libertad de expresión. No al adoctrinamiento, con el que se reivindicaba la libertad de expresión del autobús censurado por las autoridades españolas por proclamar la verdad biológica frente a la ideología de género: Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva.

La marcha transcurrió desde la Plaza de Neptuno a la Plaza de Cibeles, donde concluyó al pie del Ayuntamiento de Madrid. El consistorio presidido por Manuela Carmena (de Podemos) sancionó en días pasados ilegalmente los distintos vehículos utilizados por HazteOir para difundir su mensaje.

En un ambiente a la par reivindicativo y festivo, bajo canciones de Nino Bravo (Libre) y Jarcha (Libertad sin ira), entre otras, los manifestantes corearon gritos a favor de la libertad de expresión, principal víctima de la campaña sufrida por HazteOir, y de la libertad de educación, que cercenan las leyes de imposición de la ideología de género aprobadas ya en diez comunidades autónomas.




Una vez en la Plaza de Cibeles, hizo de maestro de ceremonias del acto el doctor Jesús Poveda, uno de los principales dirigentes del movimiento provida español. 

"Es la verdad la que nos hace libres", proclamó Poveda, y "esto es un acto de libertad y de reivindicación". Y advirtió como médico de que "estas leyes van a traer mucho sufrimiento".


Ignacio Arsuaga, presidente de HazteOir, denunció, en referencia al emblema arcoiris del lobby gay, que "los grupos de poder bajo banderas de colores esconden un pensamiento totalitario", porque quieren "impedir que los otros hablen y controlar la vida de los demás", no solo imponiendo la ideología de género sino impidiendo que se pueda discrepar de ella.

Alertó también contra "la mayor ampaña de descrédito y acoso contra una organización" que se ha visto nunca en España, por lo cual la concentración era necesaria "para defender la libertad de expresión y pensamiento, hoy en riesgo en España", y "contra los intentos de la clase política de acallar a quienes nos atrevemos a cuestionar los dogmas de lo políticamente correcto" y "a que adoctrinen a nuestros hijos en la ideología de género".

"En diez comunidades autónomas españolas", recordó, "se han aprobado leyes que imponen a todos los alumnos en todos los centros educativos un determinado modelo de comportamiento afectivo-sexual, el de la ideología de género, el de algunas organizaciones LGTB a las que se da entrada en las aulas para que adoctrinen a nuestros hijos y vigilen si todo el material educativo se ajusta a sus dogmas".



Arsuaga celebró la reacción popular al intento de secuestro de las ideas "de sentido común" portadas por el autobús censurado: "Hemos conseguido que muchos ciudadanos abran los ojos y muchos hayáis venido a defender las libertades. ¡Gracias por atreveros a enfrentaros al pode! ¡Vamos a seguir dando la batalla! ¡Y la pregunta no es si ganaremos esta batalla, sino cuándo lo haremos!".


A continuación el periodista Luis Losada dio las gracias al centenar de asociaciones nacionales y extranjeras que mostraron su apoyo a la manifestación, en particular a la movilización peruana #ConMisHijosNoTeMetas, que el 4 de marzo sacó a la calle a un millón y medio de peruanos por la misma causa.
 

Seguidamente Charlotte Goiar, la primera española que cambió de sexo, y que en todo momento ha apoyado la libertad de circulación del autobús censurado, denunció en unas breves palabras que a ella nunca la ayudaron "ninguno de estos colectivos subvencionados", en referencia al lobby LGTB.



E hizo una petición a los padres de niños que se declaran del sexo contrario al biológico: "Dejadlos libres, no les pongáis la etiqueta de transexuales, llevadlos al médico y no hagáis un circo con ellos".


La última intervención del acto corrió por cuenta de Alicia Rubio, autora del libro Cuando nos prohibieron ser mujeres... y os persiguieron por ser hombres, que ha visto cómo el lobby LGTB ha organizado boicots violentos, con insultos y amenazas, en diversas presentaciones de la obra.

En relación a la última, en un centro universitario Rubio denunció que "la universidad está dirigida por una banda de la porra que decide quién habla y quién no". Y criticó lo que la campaña de las dos últimas semanas ha evidenciado: "Todos los partidos y medios de comunicación aplauden una vulneración de derechos", aplauden "legislaciones que institucionalizan esta merma de derechos" y definen "delitos imprecisos como odio, machismo u homofobia" para perseguir al discrepante. 

Concluyó advirtiendo que esos niños y jóvenes adoctrinados por un estado orwelliano... ¡son nuestros hijos! Y porque son nuestros hijos, no podemos ni debemos dar un paso atrás".

Antes de disolverse la concentración, se leyó el siguiente Manifiesto por la Libertad de Expresión.


Ante la polémica desatada por el autobús de HazteOir.org que ha puesto sobre la mesa el debate sobre la libertad de expresión en España, la ciudadanía está sumamente preocupada por las continuas agresiones a las libertades públicas concretas. Por ello,
 
CONSIDERAMOS:
 
Hoy en España se afianzan, bajo la cobertura de una supuesta “diversidad”, formas cada vez menos sutiles de intolerancia y discriminación. Hoy en España, el lenguaje y el discurso público adoptan rígidos patrones de corrección política que expulsan del sistema a quienes osan utilizar las expresiones proscritas.
 
Hoy en España, con la excusa de la “no discriminación”, la ciencia y la razón se sustituyen por ideologías que alteran el significado de la realidad.
 
Hoy en España, la defensa de los derechos de las minorías se convierte en algunas ocasiones en pretexto para imponer políticas contrarias a los derechos fundamentales, como las libertades de pensamiento y de expresión.
 
Hoy en España, la libertad desaparece sepultada por los intereses de grupos no elegidos democráticamente que, convertidos en lobbies, terminan imponiendo sus dogmas particulares.
 
Hoy en España, la educación se convierte en instrumento de adoctrinamiento usurpando los derechos de los padres a educar a sus hijos en libertad de acuerdo con sus creencias y valores.
 
Hoy en España, los poderes públicos destinan recursos a la creación de instrumentos de control de las costumbres, la cultura y las tradiciones. Así sucede en Madrid y otras ciudades con cuerpos de policía como las “unidades de gestión de la diversidad” para reprimir a los disidentes.
 
Hoy en España existe una mayoría social que es silenciada o perseguida por ser contraria a lo políticamente correcto.
 
Ante esta situación EXIGIMOS a los poderes públicos:
 
Que respeten los derechos de todas las personas y no se inmiscuyan en su forma de pensar y actuar, ni en su vida privada, ni impongan ningún tipo de adoctrinamiento educativo.
 
Que no se impongan y prevalezcan los intereses de grupos minoritarios vulnerando los derechos y las libertades fundamentales de los ciudadanos.
 
Que garanticen el ejercicio efectivo del derecho constitucional a la libertad de expresión, con independencia de la ideología y creencias que se profesen, poniendo fin al descarado doble rasero y a la intimidación que ejercen determinados lobbies, que hacen cada vez más arriesgada la formulación pública de opiniones contrarias a sus dogmas.