Luca di Tolve fue gay.

Ya no lo es. Llegó a ser Mister Gay en Italia mientras llevaba una vida desenfrenada que le hizo ser portador del VIH.  Tras una fuerte conversión religiosa, este italiano dejó su vida y en Medjugorje conoció a Teresa, la que hoy es su mujer, y madre de su hija. Su historia la cuenta de manera pormenorizada en el libro Yo fui gay (Libros Libres), que puede comprar aquí.

En una entrevista con La Contra TV, Luca se centra en los orígenes de su atracción por personas del mismo sexo y la confusión que se fue generando en su interior hasta acabar llevando una vida gay activa.


Luca empieza con la “ausencia del padre”, de su falta total de cariño hacía él cuando era niño, que luego se acrecentó con el divorcio de sus padres. A los 6 años no “había adquirido las características masculinas”.



Su madre empezó a sobreprotegerlo y empezó a sentir “una confusión interior” que se convirtió en un “gran problema en la pubertad”. “Me costaba relacionarme con los chicos”, recuerda Luca, que también explica que “la homosexualidad no es un problema de sexo, es un problema de relaciones humanas”.


Según cuenta a La Contra TV, “muchos homosexuales sufren, pero no por la homofobia, sino porque sienten dentro de sí algo que no va bien”.

Esto provoca “mucha inseguridad”, una acumulación de “rabia” y de “venganza” y que se puede desatar cuando “llega la explosión de hormonas”. Entonces, “¿quién te ayuda?”, pregunta di Tolve, que afirma que es en esos momentos muchos encuentran refugio en esta vida homosexual.


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“Te encuentras en un mundo que es siempre fiesta, lleno de colores, lleno de gente y en el que puedes intentar desfogar tus instintos sexuales”, comenta. Así entró él y muchos más. Pero su insatisfacción, la muerte por SIDA de uno de sus mejores amigos, su contagio y su infidelidad quedó luego respondida por Dios y por la Virgen. Y su vida es ahora totalmente diferente. En Yo fui gay habla también de este proceso.