El día en que Donald Trump asumió la presidencia de los Estados Unidos, el neopentecostalismo tuvo un protagonismo inédito. Entre los principales referentes religiosos presentes se encontraba una de las personalidades del mundo neopentecostal más influyente de la televisión: la pastora Paula White, conocida como referente de la teología de la prosperidad. El pastor Samuel Rodríguez, presidente de la National Hispanic Christian Leadership Conference, se convirtió en el primer evangélico latino en participar de una investidura presidencial estadounidense. Y hay que recordar que en octubre de 2015, varios telepredicadores de megaiglesias, afines a la teología de la prosperidad rezaron públicamente sobre Trump imponiéndole las manos, explica Miguel Pastorino el Aleteia.
 
La relación de Trump con las corrientes neopentecostales que predican la teología de la prosperidad ha sido motivo de análisis y preocupación de varios teólogos y pastores evangélicos, para tratar de comprender si efectivamente el nuevo presidente de los Estados Unidos es un convencido de estas doctrinas o no. ¿Cuál es su relación con la religión? ¿Ha revelado algunas creencias?
 
Es cierto que ha hecho público encuentros con neopentecostales y ha realizado discursos pro-vida dirigidos al público evangélico y católico que veían en Clinton “un instrumento de Satanás” que promueve el aborto. También es cierto que habla de Dios abiertamente y ha realizado algún que otro discurso con una Biblia en la mano, al mejor estilo de los telepredicadores. Pero ¿es también la religión parte de un show o realmente hay una opción religiosa en la “visión” de Donald Trump?
 

Si bien Trump no frecuenta una Iglesia, ni se le conocen inclinaciones religiosas explícitas, sus opiniones fervorosas sobre algunos temas han fascinado a muchos telepredicadores de la prosperidad y han visto en él un instrumento de Dios. Así lo han defendido en público y oran por él importantes telepredicadores de gran audiencia. Otros en cambio, consideran que “es un impío” y están seguros que usa el “cristianismo de la prosperidad” como estrategia personal de autoayuda y nada más. Nominalmente pertenece a la Iglesia presbiteriana.
 
Norman Vincent Peale
 
Su mentor fue el reverendo Norman Vicent Peale (18981993), un exitoso predicador que vendió millones de copias de su libro “El poder del pensamiento positivo” (1952), cuya famosa iglesia en New York congregaba mayoritariamente a protestantes ricos de clase ejecutiva. Fue un gran difusor del pensamiento positivo y la búsqueda de la eficiencia: “si crees algo, lo lograrás”, “si repites: Dios está conmigo, quien contra mí, nadie te detendrá”, “Sella en tu mente tu propia imagen de éxito y el éxito llegará”, “siete pasos para ser feliz” y cosas por el estilo.
 
Peale fascinó a Trump desde muy joven y de hecho amaba sus historias sobre cómo superar obstáculos en los negocios. Pero siempre se quedó en una cuestión pragmática y de autoayuda. Peale ofició el primer matrimonio de Trump y el funeral de sus padres, por lo cual ha sido un referente significativo en su vida personal y familiar. El predicador del “pensamiento positivo para hombres de éxito” llegó a decir que Donald era su mejor discípulo y Trump admiraba su capacidad oratoria y su pragmatismo.
 
Algunos investigadores de la religión han colocado a Peale como un escritor New Age, que ha creado su propio cristianismo de técnicas de autoayuda, superación integral y bienestar personal. Sin embargo, es común que muchos autores de iglesias evangélicas de gran impacto mediático, hagan una mezcla de marketing, dirección estratégica y predicación en sus libros sobre liderazgo y renovación de las iglesias, más enfocados en el éxito temporal que en la salvación o la vida eterna.
 
Trump continúa la tradición de libros que mezclan testimonio personal con consejos para el éxito, con “inspiración bíblica” y pensamiento positivo. Desde “El arte de la negociación” (1987), su primer libro, hasta “Cómo hacerse rico, piensa como un millonario”, etc. Este tipo de ideas como “Pensar a lo grande”, aparecieron en su campaña y en el primer discurso como presidente de los Estados Unidos, en un estilo de predicador neopentecostal: “De ahora en adelante una nueva visión gobernará esta tierra…”.
 
Esta ideología impulsada por pastores como Peale, se ha desarrollado hoy en muchos neopentecostales de la teología de la prosperidad, haciendo de la evangelización una enseñanza práctica de cómo ser exitoso, próspero y feliz. Algo muy alejado del evangelio y de las iglesias cristianas tradicionales, pero sin duda una corriente que seduce a millones de personas. En lugar de seguir el mensaje de Jesús, se usa arbitrariamente para beneficios e intereses personales. La meta no es hacer la voluntad de Dios, sino que Dios haga mi voluntad.
 

Hace ya varios años la pastora Paula White, anfitriona de un programa televisivo cristiano, recibió una llamada de Donald Trump en un momento en que ella se estaba convirtiendo en una exitosa predicadora en una megaiglesia de Tampa, con 25 mil miembros. White confiesa que Trump le dijo ser un fanático suyo citándole varios sermones. A partir de ese momento, comenzó una relación de amistad y consejería espiritual, aunque la pastora no revela mucha información a los medios sobre su relación con el nuevo presidente.
 
Paula White y Donald Trump

Trump se refiere a ella como una persona hermosa “por fuera y por dentro”, con un mensaje poderoso, con una “visión increíble”, y habilidad para comunicar. Una historiadora experta en predicadores de la prosperidad, Kate Rowler, expresó que no le extraña la admiración de Trump por Paula White, ya que ella es “rubia, linda, alegre e infinitamente optimista”.
 
En el año 2008 Trump apareció en el programa televisivo que conduce Paula White (Paula Today), donde ella confirma las palabras y tesis de Trump sobre las claves del éxito: “Encuentra tu pasión y encuentra una manera para hacer dinero”.
 
En el 2015 White organizó en la torre Trump un encuentro para orar por él, invitando a telepredicadores como Keneth y Gloria Copeland, David Jeremiah y Jan Crouch. En el video que puede verse en Youtube se escucha a White orar así: “Padre, por la sangre de Jesús lo aseguramos ahora… ninguna arma forjada contra él podrá prosperar y cualquier lengua levantada contra él será condenada conforme a la palabra de Dios”.
 


Actualmente White tiene cincuenta años de edad, ha escrito diecisiete libros y es la pastora principal del New Destiny Christian Center, en Apopka, Florida, muy cerca de Orlando. Al igual que Trump, se ha casado tres veces y esto ha sido motivo de crítica por parte de amplios sectores del mundo evangélico. También fue investigada en el 2007 por el Senado, pero no se llegó a ninguna conclusión.
 

No son pocos los cristianos, pastores y líderes de diferentes iglesias y ministerios que cuestionan a White y a Trump. Columnistas de la revista Christianity Today trataron a Trump de “idólatra”, de ser “la encarnación de la estupidez”, y de “encarnar más la voluntad de poder de Nietzsche, que el evangelio”. A muchos les preocupa la preeminencia política que tendrá la corriente de la prosperidad con White al lado de Trump. De hecho, podemos afirmar que estamos ante una nueva etapa política para los líderes de las megaiglesias neopentecostales de la teología de la prosperidad.
 
Uno de los líderes más reconocidos del movimiento de la prosperidad es el pastor de Georgia, Creflo Dollar, conocido por haber pedido a sus feligreses que le compren un avión privado, ha hablado abiertamente a favor de Trump. También así lo ha hecho Joel Osteen, quien está al frente de la mayor megaiglesia de Estados Unidos, en Houston.
 

La mayor parte de teólogos y pastores pentecostales norteamericanos que se han expresado acerca del tema, opinan que no hay una alianza política, sino que hay sintonía en la visión de Trump y estos líderes. Se usan mutuamente, pero no es parte de una estrategia conjunta. Aunque hay que reconocer que la victoria de Trump es un buen momento para estas corrientes de la prosperidad, para obtener mayor visibilidad e influencia política; pero no necesariamente puede deducirse que el nuevo presidente los respalde políticamente ni que él sea un converso. Trump obedece a sí mismo y no a los pastores, pero encuentra afinidad en “la visión”, porque suscribe a las tesis que le inculcaron sus mentores.
 
Si repasamos los debates durante la campaña electoral, la religión no fue un tema relevante, ni tampoco fue tenida en cuenta por la mayoría de la prensa norteamericana y sus repetidores. La amplia cantidad de latinos evangélicos y católicos, de corte carismático-pentecostal, que adhieren hace décadas a esta visión de la prosperidad, es otro factor que no ha sido tomado en cuenta por muchos analistas. Pero si se estudia a fondo el fenómeno neopentecostal, sus megaiglesias y su impacto en millones de personas, no debería subestimarse su influencia en la victoria de Trump.