El programa Cambio de agujas, que presenta Cristina Casado en H.M. Televisión, entrevistó recientemente al periodista y escritor José María Zavala, quien a finales de 2014 publicó, en compañía de su esposa, Paloma Fernández, Un juego de amor. El Padre Pío en nuestro camino al matrimonio (LibrosLibres), obra que recoge, entre otros aspectos de su vida, su conversión, en la cual jugó un papel decisivo San Pío de Pietrelcina, a quien Zavala consagró uno de sus mayores éxitos editoriales: Padre Pío, de la que acaba de salir la décima edición en español (más de 30.000 ejemplares vendidos) al mismo tiempo que la segunda edición brasileña y la primera en Eslovaquia (la obra había sido traducida ya al italiano, al portugués y al croata).

Abajo ofrecemos la entrevista en su integridad (), de la cual destacamos algunas frases:

-"Yo, que no soy una persona de lágrima fácil, empecé a llorar. Rompí a llorar, mejor dicho. Durante horas enteras estuve llorando, hasta el punto de que llegó a formarse un pocito con mis lágrimas en el suelo".

-"Estuve 15 años sin pisar un confesonario. Lo tenía todo materialmente: un buen puesto de trabajo, un buen coche, un buen sueldo, una buena casa. Pero aquel día me di cuenta de que era un profundo desgraciado porque me faltaba lo más importante, que es Dios".

-"Mi padre ofreció su vida por Juan Pablo II en año 81, cuando fue el atentado. Nosotros nos enteramos por su director espiritual, que era un sacerdote del Opus Dei y nos lo dijo".

-"Mi madre esa última noche que yo pasé con ella, me dijo: ´Hijo mío, vete a tu casa, que estás agotado´. Y entonces, yo me arrojé en brazos de mi madre llorando como un niño y le dije: ´Mamá, lo único que te pido es que cuando estés allá arriba te acuerdes de mí´. Y mi madre me dijo, muy serenamente –ella era una persona muy fuerte-: ´Sí, me acordaré de ti, pero tienes que intentarlo´. Se refería a que tenía que poner en marcha mi proceso de nulidad, como así hice".

-"Cuando murió mi madre, como decía, estuve unos meses sumido en la desesperanza, unos meses en los que estuve, no en el abismo, pero sí al borde del abismo. Entonces iba al Retiro a que me echaran las cartas del tarot. Estuve merodeando por el Retiro y ahora sé que, gracias a que el Señor me preservó, no logré localizar el monumento al ángel caído del Retiro. Sentía la necesidad de hacer un pacto con el diablo porque consideraba que estaba solo en la vida, sin ningún asidero, pese a que tenía todo, es decir, no me faltaba materialmente de nada. Pero me faltaba Dios, por supuesto, que es el Amor con mayúscula. Y bueno, fue todo providencial, porque después de tres meses en los que podía haber acabado quitándome la vida, irrumpió Paloma en mi vida".



-"Cuando menos te lo esperas, de la forma que menos te lo esperas, el Señor irrumpe en tu vida a través del Padre Pío... Como decía Vittorio Messori, el periodista italiano: ´El Padre Pío es un meteorito del Medievo en pleno siglo XX´. Bueno, yo ahora añado que en pleno siglo XXI porque sigue trabajando, y cómo trabaja. Centenares de conversiones a través del libro Padre Pío. Es un instrumento suyo. Yo he escrito más de 30 libros, pero para mí, los libros que cuentan de verdad son los libros que yo no considero míos. Son el libro del Padre Pío, el de Así se vence al demonio y este libro que ahora hemos escrito Paloma y yo, Un juego de amor. No hay nada más grande que sentirte instrumento -aunque miserable- del Señor para hacer bien a mucha gente... Pero estamos viendo, estamos recibiendo correos, infinidad de correos, en esa dirección que damos al final del libro (unjuegodeamor@gmail.com), de matrimonios que están felizmente casados pero no valoran lo suficiente el tesoro de su matrimonio sacramental, de su matrimonio. De separados, de divorciados, de personas y matrimonios jóvenes con hijos, que estaban en trámites de separación y que, tras leer el libro, han decidido darse otra oportunidad
Ahora es cuando realmente entiendo todo el sufrimiento que Paloma y yo hemos pasado -este verano ha sido tremendo- para que esto diera fruto".