Dos hermanas madrileñas, concretamente de la localidad de Ciempozuelos, están ingresando estos días en sendas órdenes religiosas para entregar así su vida a Dios. Se trata de Lourdes y Gloria Salgado, las pequeñas de una familia numerosa conformada por siete hijos y que pertenece al Camino Neocatecumenal.

Ambas hermanas han estudiado Secundaria y Bachillerato en el colegio de la Orden de Nuestra Señora (ONS) en Valdemoro. Tal y como informa la Diócesis de Getafe, este 8 de septiembre, fiesta de la natividad de la Virgen María, la más pequeña de la familia -Gloria- ha ingresado a sus 18 años en el Noviciado de dicha orden. El 2 de octubre, memoria de los ángeles custodios, será Lourdes -que tiene 20 años- la que ingrese como postulante en el convento burgalés de La Aguilera, en Iesu Communio.

Para explicar todo este suceso extraordinario, Lourdes señala que “ha ocurrido en un verano, en tres meses; dos nos vamos de casa con el único fin de seguir a Jesús donde Él esté. Digo que todo ha ocurrido en tres meses, pero en realidad no es así, no en mi caso. La vocación en mí ha estado desde siempre y Jesús me llamó desde muy pequeña, pero en la vida no todo sale siempre como esperamos y durante tres años más o menos olvidé y abandoné mi llamada y a Jesús por cosas del mundo que me atraían”.

"Infinitamente agradecida a Dios y a su Iglesia"

Sin embargo, esta joven explica que “con el tiempo, Jesús no ha dejado de buscarme y se ha empeñado en mí cada día de mi vida. Después de encontrarme de nuevo con Jesús y volver a descubrir que me quería para Él, no puedo hacer otra cosa que entregarme a la vida contemplativa, junto a Jesús y con mis hermanas, llamadas a vivir lo mismo que yo: sencillamente estar con Él, contemplarle, y después, compartir con quienes no lo conocen ‘lo que hemos visto y oído’.

Por ello, cree que no puede hacer otra cosa que dar las gracias y estar “infinitamente agradecida a Dios y a su Iglesia” pues asegura no merecer “esta vida, sólo es por misericordia suya que puedo vivir la vocación religiosa. Deseo vivir para siempre entregada a Él”.

Por su parte, su hermana Gloría que quiere que “lo mejor” de su vida sea “para Jesús”. Y por ello ha decidido ingresar en el Noviciado de la Orden de Hijas de María Nuestra Señora, en Valdemoro. “Es una orden de monjas de enseñanza que une la vida contemplativa con la vida activa. Es decir, la entrega a Jesús Eucaristía y la entrega a sus almas. Yo he estudiado toda Secundaria y Bachillerato en este Colegio y he visto a Jesús en estas monjas”, confiesa.

Sobre el proceso que le ha llevado hasta la entrega a la vida religiosa, Gloria cree que “es algo sencillo pero grande a la vez”: “Jesús me ha ido enamorando el corazón sencillamente, poco a poco. He visto como Jesús tiene sed de mí y como yo tengo sed de Él. Mi corazón nunca ha descansado en otra cosa más que en Él. También he visto lo roto que está el mundo, lo destrozado que está el corazón del hombre sin Jesús, la sed que tiene el mundo de Jesús y la sed que tiene Jesús del mundo. Y yo entrego mi vida entera para saciar ese ‘tengo sed’, doy mi vida por las almas, ‘para que tengan Vida’. Ya sé por qué vivo”.

El fundamental apoyo de su familia

Ambas son muy conscientes de que el apoyo de su familia ha sido fundamental en sus vidas y en el discernimiento de sus respectivas vocaciones religiosas. Lourdes lo confirma: “ha sido muy importante en mi vida mi familia, mi madre que está feliz de la vida que comienzo, mis hermanos, mi parroquia y mi grupo de jóvenes, aquellos con quienes he compartido la fe durante los últimos años, y el colegio donde me educaron los últimos 5 años, un colegio de religiosas en el que precisamente ingresa mi hermana pequeña…”.

Gloria hace suyo ese agradecimiento, y recuerda también el importante papel que el Camino Neocatecumenal ha tenido en sus respectivas historias. Aunque dan el papel protagonista  a la hora de dar el sí a Dios precisamente a María: “la Virgen, el camino más fácil, corto y rápido para llegar a Jesús. Ella es la que me lleva a Jesús todos los días, a Ella le entrego todo para que se lo de a mi Señor".

Lourdes y Gloria han realizado su discernimiento vocacional individualmente, por lo que la cercanía en la entrada a sus respectivos conventos ha sido fruto de la providencia, no de una decisión planificada. Dios las ha llamado, y ambas han respondido.