Se cumple un año [el 27 de marzo] del fallecimiento, a los 92 años de edad, de Madre Angélica, la enérgica religiosa de las clarisas pobres que fundó EWTN. Aunque muchos saben de la seriedad de su persona y de las realizaciones que le sobreviven, su amor por la misa tradicional no es conocido al mismo nivel.
 
Algunos recordarán que la Madre chocó en 1999 con su obispo (David Foley) tras su decreto prohibiendo que en su diócesis se oficiase la misa ad Orientem. La Madre tenía razón, como solía ocurrir, pero finalmente el obispo Foley ganó la disputa apelando a Roma. Lo cierto es que, sencillamente, muchos obispos no querían que más de cuarenta millones de hogares viesen en la televisión de forma habitual misas ofrecidas ad Orientem.
 
También se olvida fácilmente hasta qué punto EWTN apoyó la misa tradicional en los años inmediatamente posteriores al motu proprio Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI en 2007.
 
Tras empezar con una misa en la forma extraordinaria televisada con ocasión de la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz en septiembre de 2007 (oficiada por un sacerdote de la Fraternidad de San Pedro), la cadena retransmitió un total de diez misas tradicionales entre 2007 y 2009. Para muchos fieles católicos,  estas liturgias televisadas eran su primera mirada a la belleza sagrada de la misa latina.
 
Como la mayor parte de los místicos y de los santos, la Madre Angelica reconocía el poder de la liturgia sagrada.
 
En última instancia, las propias palabras de la Madre revelan el fuerte apego que sentía por la liturgia tradicional. Tal como recoge ChurchPOP, he aquí lo que decía la Madre Angelica de la misa tradicional:

“El latín era la lengua perfecta para la misa. Es la lengua de la Iglesia, que nos permite rezar una oración vocal sin distracción.

»Mirad, la finalidad de la misa es rezar y estar asociados con la crucifixión y con el banquete glorioso que compartimos en la Santa Comunión. Él está ahí. Pero en la lengua vernácula es mucho lo que se estropea”.
 
»Durante la misa en latín tenías el misal si querías seguirlo en inglés. Era casi místico. Te daba una conciencia del cielo, de la maravillosa humildad de Dios, que se manifiesta en forma de pan y de vino. El amor que nos tiene, su deseo de quedarse con nosotros es simplemente maravilloso. Te podías concentrar en ese amor, porque no estabas distraído por tu propio idioma.

»Podías ir a cualquier lugar del mundo y siempre sabías lo que estaba pasando. Era contemplativo, porque mientras transcurría la misa podías cerrar los ojos y ver lo que sucedía realmente. Podías sentirlo. Podías mirar al Este y comprender que Dios había venido y estaba realmente presente. La forma de hacerlo hoy, con el sacerdote mirando al pueblo, es algo entre el pueblo y el sacerdote. Con demasiada frecuencia es una especie de reunión y a Jesús casi se le olvida”.

Publicado en el blog del autor, Liturgy Guy.
Brian Williams se convirtió al catolicismo en 2006 tras una etapa como agnóstico, en primer lugar, y luego como cristiano sin denominación.
Traducción de Carmelo López-Arias.