Louis Raphael Sako, que es el Patriarca de los católicos caldeos (unos 600.000) y presidente de los obispos católicos de Irak, ha publicado una nota sobre la reconstrucción de las comunidades de la Llanura de Nínive a raíz de la retirada de los yihadistas de Estado Islámico.

Anima a los cristianos de distintas ramas a trabajar unidos, con "realismo" y en busca del bien común. Reproducimos aquí su texto. 

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Se habla mucho sobre el futuro de las poblaciones de la llanura de Nínive, antes y después del Estado Islámico (EI, ex Isis). Una parte de estas discusiones es lógica y comprensible, mientras que otras son sólo sueños o deseos que no podrán jamás convertirse en realidad. A continuación quisiera someter a vuestra atención la opinión de la Iglesia iraquí en mérito a este argumento de extrema importancia.


La pregunta es justa y amerita una respuesta coherente y a nuestro modo de ver, esta respuesta lógica se resume en los puntos abajo mencionados.

Los que tienen pleno derecho de hablar del futuro de la llanura de Nínive son sobre todo las poblaciones nativas de la región, para las cuales queda en suspenso la pregunta si hay partidos unitarios que representen realmente sus intereses y sus aspiraciones. Por cuanto podemos apreciar el esfuerzo de los que no son de la región o que viven desde hace años en los países de la diáspora y dentro de los sufrimientos que han sufrido y continúan sufriendo hoy, éstos no pueden hablar del futuro de esta región.

Estos últimos están lejos de entender los matices de la situación actual y cuál sea la verdadera puesta en juego. Ellos no tienen derecho de hablar de las preocupaciones de los habitantes de la región. Al contrario, estos son alentados-cada uno según las propias capacidades- a ayudar a la población indígena a reparar las propias casas. Hasta hoy, la Iglesia es la única entidad activa en el campo de la reconstrucción.

A nuestro modo de ver, sólo las poblaciones de la planicie de Nínive son las responsables de la elaboración de un mapa de la región, junto a sus vecinos musulmanes y no musulmanes. Este mapa debería ser factible y bien lejos de los intereses o de las agendas de las potencias extranjeras o de personas que persiguen sólo sus propios intereses personales, a menudo mezquinos y de pocas prospectivas.

El modo con el cual esta materia deberá ser enfrentada es una cuestión muy delicada, separándose de la situación de los cristianos que permanece crítica y delicada, porque hasta hoy la mayor parte de las personas que un tiempo animaban la llanura de Nínive está evacuadas. Y sus casas o fueron demolidas o incendiadas, las infraestructuras más o menos fueron canceladas. Todo esto llevó a que muchas familias abandonasen el país.

 El cardenal Sako con el presidente de la región del Kurdistán, Masoud Barzani

Hoy es más necesario que nunca para las poblaciones de la llanura de Nínive y para los cristianos en general, reforzar su propia unidad, dejar de lado los inútiles conflictos, crear una atmósfera relajada y saludable, que favorezca la discusión, el diálogo, la reflexión para promover una acción colectiva finalizada a:

1) Usar el realismo y la racionalidad después de un largo período de enormes sufrimientos.

2) Elegir a los propios representantes entre las personalidades más sabias y prudentes de las diversas ciudades, que sean reconocidas por la mayoría por su habilidad intelectiva, por su honestidad, la libertad de expresión; a éstos se les confiará la tarea de iniciar reuniones serias dentro- y no fuera- del país, junto y no en contraposición, con sus vecinos, para garantizar a sí mismos y a los otros un futuro mejor.


Los cristianos de la llanura de Nínive se glorían de una larga historia en tema de relaciones con sus vecinos musulmanes, partiendo de la lealtad a la propia ciudadanía, que los ha hecho también a ellos blanco del Estado Islámico (EI).

Por esto, los cristianos de la llanura de Nínive conocen muy bien en términos empíricos que su larga historia de vecindad y hermandad con ellos (los musulmanes) no puede ser redimensionada después de las atrocidades y por los hechos realizados por el Isis.

Es un dato de hecho significativo que los cristianos de la llanura de Nínive comprendan que hay líneas comunes con sus vecinos y que son indispensables, sobre estas bases va fundado el desarrollo futuro de la región y van marcados los progresos que hay que lograr. Cristianos y musulmanes han compartido juntos alegrías y dolores, costumbres y tradiciones a lo largo de generaciones enteras en calidad de vecinos y amigos.

Refiriéndonos a la interacción cultural y moral, en especial modo en estas circunstancias tan catastróficas, quisiera presentaros algunos ejemplos actuales y vivos.


  El cardenal Sako y otros obispos visitan una iglesia devastada por los yihadistas de Estado Islámico

La semana pasada visité a dos familias que volvieron a la ciudad de Karamles. Una de estas familias es cristiana, la otra musulmana-Shabak. Las dos familias hablan caldeo (arameo) y tienen las mismas tradiciones, las mismas costumbres viven entre ellos en condiciones de buena vecindad.


A continuación, algunos puntos esenciales que no pueden ser pospuestos por el carácter de urgencia que revisten:

-Concordar sobre exigencias comunes y aceptables, que sean realizados según la Constitución y las leyes internacionales. Dar vida a una posición clara y unívoca para iniciar la discusión con los gobiernos centrales y regionales.

-Garantizar seguridad y estabilidad, evaluando la posibilidad de solicitar un control internacional para garantizar la paz en la región. La gente de la llanura de Nínive necesita ser  tranquilizada a causa de los enormes sufrimientos sufridos a causa de los conflictos, de las guerras, de la evacuación y de la marginación continua y prolongada.


Por último, pero no menos importante, quisiera reafirmar un deseo ya expresado en el pasado a la opinión pública local, regional e internacional: creo realmente que la sola solución transitable para todos los ciudadanos es establecer un sistema avanzado, democrático y civilizado a través del cual obtener y garantizar justicia e igualdad. Esta es la única vía para poner fin a los antiguos problemas que caracterizan todavía hoy a la zona.

Esta es también la ocasión para lanzar un pedido al gobierno iraquí, para que cumpla a sus propias obligaciones en el garantizar la seguridad y el estado de derecho; para que reconstruya estas ciudadelas con todas sus casas, escuelas, instituciones, oficinas públicas, hospitales e iglesias; y para que se ayude a los ciudadanos escuchándolos y dando respuestas positivas a sus legítimas y reales pedidos y aspiraciones. Concluyo augurándome que este pedido pueda constituir el compromiso mínimo en referencia a aquello que el gobierno está llamado a hacer.

Estas ideas expresan la visión de la Iglesia caldea y son compartidas por los 20 obispos que la componen.