"A quienes lleguen al área metropolitana de Tokio durante este período se les proporcionará información sobre las medidas de prevención adoptadas en las parroquias contra el Covid-19 y se les pedirá que se abstengan de visitar iglesias".

Así lo anuncia en una nota el arzobispo de Tokio, Tarcisio Isao Kikuchi, cuando faltan doce días para empezar los Juegos Olímpicos de Japón. Es una medida que dificulta el acceso a los sacramentos de muchos deportistas cristianos (aunque algunas selecciones llevan sus propios capellanes).

"La arquidiócesis de Tokio había considerado asegurarse de que cada parroquia pudiera atender las necesidades espirituales de las muchas personas que vendrían a Japón para este evento internacional. Sin embargo, hemos decidido cancelar todos estos planes y, por lo tanto, no habrá una participación especial de nuestra parte en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos", añade la nota, difundida por la agencia AsiaNews.

Desde el 20 de junio, se han reforzado las medidas contra el coronavirus con un cuarto estado de emergencia decretado por el Gobierno para la región de Tokio.

En las parroquias de Tokio se permite sólo la entrada a un número limitado de personas espaciadas y registradas en una lista. La Iglesia dispensa a los fieles de la obligación de acudir a la misa dominical en persona. A los ancianos y enfermos se les anima a cumplir el precepto dominical desde casa. La confesión sacramental se hace con barreras de materiales trasparentes y las reuniones parroquiales se hacen online siempre que es posible.

El arzobispo y las parroquias, en este contexto, no quieren recibir atletas o viajeros de otros países. "La agregación de atletas y su personal de todo el mundo genera preocupaciones sobre un posible aumento adicional en el número de casos de infección por coronavirus", escribe el arzobispo.

Una diócesis con 75 parroquias

La arquidiócesis de Tokio cuenta con unos 97.000 católicos repartidos en 75 parroquias, muchas de ellas pequeñas. Es una gota de agua en el mar, porque el territorio bajo el pastoreo del arzobispo Kikuchi cuenta con casi 20 millones de habitantes.

"Desde el 30 de enero del año pasado, la arquidiócesis de Tokio se ha comprometido: no infectarse y no permitir que otros se infecten. Por eso hemos tomado numerosas medidas preventivas y hemos asumido escrupulosamente la responsabilidad de protegernos unos a otros para evitar la propagación de la infección, protegiendo no solo nuestra propia vida, sino también la de los demás", añade el arzobispo.

"Durante estos momentos de dificultad, ponemos nuestra confianza en el Señor Jesús que nos prometió 'estaré con vosotros todos los días hasta el fin de los tiempos" y reafirmamos nuestro vínculo espiritual en el único cuerpo que tiene al Señor como centro'", finaliza la nota del arzobispo Isao Kikuchi.

Japón cuenta con unos 125 millones de habitantes, de los que unos 440.000 serían católicos (datos de 2014), organizados en 16 diócesis y unas 850 parroquias. Según los datos oficiales, han enfermado de coronavirus 821.000 japoneses y han muerto con el virus casi 15.000.