Un sacerdote católico fue asesinado este lunes 2 de enero en Burkina Faso. Hombres armados no identificados atacaron a Jacques Yaro Zerbo causándole la muerte. Según la Agencia Fides, el obispo de Dédougou, Prosper Bonaventure KY, comentó que el sacerdote tenía 67 años y fue asesinado en la localidad de Soro, en la región de Boucle du Mouhoun, en el noroeste de Burkina Faso.

Jacques Yaro Zerbo nació el 28 de diciembre de 1956 en Kolongo, actual Malí, y fue ordenado sacerdote el 19 de julio de 1986 en Dédougou. La región de Boucle du Mouhoun (noroeste) es una de las más afectadas por el terrorismo en Burkina Faso. En esta misma zona, al menos 28 civiles murieron en la noche del viernes 30 de diciembre al sábado 31 de diciembre en "represalia" tras un atentado "terrorista" en la ciudad de Nouna, capital de la provincia de Kossi. 

Escalada de ataques

Burkina Faso es un ejemplo práctico de cómo el yihadismo está erradicando paso a paso el cristianismo en algunas regiones. En 2022 cinco parroquias cerraron por completo debido al peligro de ataques terroristas y los sacerdotes solo podían atender al 5% de las aldeas en las otras parroquias.

El seminario menor de San Kisito tuvo que ser trasladado a Fada N’Gourma, la capital de la región. Los robos, secuestros y asesinatos se intensificaron enormemente en la diócesis durante el año recién finalizado. De las dieciséis parroquias que componen la diócesis, cinco fueron blanco directo de ataques violentos y tuvieron que cerrar completamente por motivos de seguridad.

En otras siete parroquias la labor se limitó a la iglesia principal porque gran parte de las carreteras estaban bloqueadas por los terroristas, que controlan gran parte de redes de comunicación terrestre y también destruyeron las redes de comunicación telefónica, por lo que era imposible para los sacerdotes desplazarse o comunicarse con ninguna de las aldeas que suelen atender.

En abril de 2022, el número de las aldeas que pudieron ser atendidas se había reducido a 29, es decir un 5,5%. La razón es el terror islamista que ha estado asolando el país desde 2015 y se está extendiendo cada vez más. Si bien inicialmente parecía que los yihadistas no estaban particularmente interesados ​​​​en los cristianos, esto ha cambiado desde 2019. Desde el inicio de la crisis las poblaciones sufren violencia, asesinatos y abusos de todo tipo.

Muchas personas son secuestradas, algunas son liberadas después de ser interrogadas, otras detenidas y otras asesinadas. Todos los días hay enormes robos de ganado. Todo esto genera pánico en la población y provoca la huida de muchas personas. De hecho, muchas comunidades se han convertido en pueblos fantasma.