Este Miércoles de Ceniza fue especial en el Parlamento escocés. Por primera vez en su historia un arzobispo católico ha realizado en su interior la bendición e impartición de la ceniza en el inicio de la Cuaresma.

Monseñor Leo Cushley, arzobispo de  Edimburgo y San Andrés, fue el que ofició esta celebración en la Queensberry House del Parlamento y al que acudieron parlamentarios de distintos grupos y personal que trabaja en las instalaciones.

Fue maravilloso que el Arzobispo viniera y distribuyera las cenizas a quienes trabajan en el Parlamento escocés”, aseguró la diputada Elaine Smith, que fue quien patrocinó e hizo posible que se pudiera realizar esta celebración religiosa.

A la celebración acudieron políticos de distinto signo /  Paul McSherry

“También fue genial ver la buena asistencia de los miembros del Parlamento escocés y el personal parlamentario. Esperamos repetir este servicio cada Cuaresma, si es posible, así como celebrar una misa durante la Semana Santa”, agregó la diputada.

Precisamente Smith es una diputada laborista de izquierdas que, sin embargo, ya votó de manera diferente a su grupo en contra del llamado matrimonio homosexual. "Oponerse a la redefinición del matrimonio protege a la gente de fe, y sentí que era obligatorio que mis constituyentes que objetaban a la redefinición tuvieran voz en el Parlamento", afirmaba esta parlamentaria católica en una entrevista con ReL.

Ya el Miércoles Santo del año pasado este mismo arzobispo celebró misa por primera vez en la historia moderna en una sala de este parlamento escocés. “Es un gesto generoso que parece reconocer que los católicos son participantes valorados en la vida civil contemporánea de Escocia, donde queremos trabajar con otros por el bien común”, agregó entonces monseñor Cushley.

Durante su sermón de este miércoles, el arzobispo se centró en la necesidad innata de Dios por parte de la humanidad, simbolizada con la distribución de la ceniza. Según informa el propio Arzobispado de Edimburgo, Cushley indicó que “es un gesto con el cual nos recordamos que somos polvo, y si se trata de pecado, se trata de reconocer que necesitamos la ayuda de Dios, que somos frágiles, que somos mortales, que hemos sido desobedientes y que queremos recuperar nuestra relación con el Dios todopoderoso”.

Muy contento también se mostró el padre Anthony Horan, representante de la Conferencia Episcopal para el Parlamento. “Creo que la Iglesia tiene algo bueno y positivo que ofrecer a la sociedad y, por lo tanto, es un honor ser invitada y bienvenida al Parlamento escocés de esta manera especial; y proporcionar apoyo espiritual a los parlamentarios, independientemente de su fe o creencias”.