El pasado Miércoles Santo, 28 de marzo, el arzobispo Leo Cushley, de Edimburgo, celebró misa en una sala del Parlamento escocés. Es la primera vez en la historia: antes del s.XVI no había Parlamento propiamente dicho, en el siglo XVI el catolicismo fue prohibido en Escocia y la misa castigada, solo se celebraba clandestinamente, y Escocia tiene un Parlamento con grandes atribuciones solo desde hace 19 años.

"Es un gran privilegio ser oficialmente invitado a ofrecer la Santa Misa dentro del Parlamento escocés, la primera invitación así desde su re-establecimiento hace 19 años", declaró el arzobispo. "Es un gesto generoso que parece reconocer que los católicos son participantes valorados en la vida civil contemporánea de Escocia, donde queremos trabajr con otros por el bien común". 


Entre los asistentes estuvieron el viceprimer ministro, John Swinney, y la diputada Roseanna Cunningham, ambos del Partido Nacional Escocés. Del Partido Laborista (integrado en la Internacional Socialista) vinieron los diputados Neil Findlay, Elaine Smith, Monica Lennon, Alex Rowley y Mark Griffin. 

También acudieron los diputados conservadores Annie Wells y Donald Cameron, y de los liberal-demócratas acudió Mike Rumbles. 


Recientemente se organizó en el Parlamento Escocés un grupo transversal, con miembros de distintos partidos, coordinado en la Oficina Parlamentaria Católica Escocesa (https://rcpolitics.org), dirigida por Anthony Horan. 

El Parlamento se reúne en el Palacio de Holyrood, una palabra antigua que significa "santa cruz". 

"La celebración de la Santa Misa, cumbre de la vida católica, es una oportunidad de expresar oraciones por el trabajo de nuestros representantes electos y por el bien común", explicó Horan. 


La Iglesia Católica en Escocia, si bien no crece, tampoco decrece. La encuesta del Scottish Household Survey de 2014 (SHS 2014) detecta que un 14,4% de escoceses adultos se declaran católicos. Esta misma encuesta realizada en 2001-2002 establecía que los católicos eran un 15%. 

En cambio, la gran iglesia nacional de Escocia desde el siglo XVI, la presbiteriana "Kirk" o "Church of Scotland", ha pasado de un 47% a un 27% de porcentaje de población escocesa en apenas quince años. En 2010 se cumplían los 450 años desde que el Parlamento escocés negó toda autoridad espiritual al Papa y prohibió la misa católica en Escocia: el permiso para celebrar misas de nuevo no se concedió hasta 1793, 230 años después.

Aunque según el sondeo SHS 2014 los que se sienten miembros de la Church of Scotland son un millón y medio de adultos, la misma iglesia en su web oficial (www.churchofscotland.org.uk/about_us) declara tener sólo 400.000 miembros (los que se dejan ver alguna vez en sus parroquias, aunque sea en Navidad) y 800 ministros de culto

La Iglesia católica, en cambio, con datos de 2008 declaraba 750 sacerdotes para atender una población de 670.000 católicos. Es posible que si se midiera la cantidad de católicos que va a la iglesia varias veces al mes y se compara con la de presbiterianos los católicos "practicantes" superaran a la iglesia antiguamente hegemónica.

Para la Iglesia católica, mantenerse en un 14% no está tan mal... sobre todo si pensamos que en 1750 apenas había en Escocia 10 curas (todos clandestinos y perseguidos) y 16.500 católicos. Una normativa decía: "Si se encuentran papistas reunidos en una casa privada, y si en esa casa se encuentran vestiduras, manteles de altar, cuadros o artículos del culto papista, las personas detenidas deberán ser consideradas como celebrantes o asistentes de la misa, e incurrirán en esa pena". 

A finales del s.XVIII los ingleses deportaron o mataron a poblaciones enteras y quedaron menos de 5.000 católicos en toda Escocia, la mayoría en las islas occidentales de Uist y Barra. 

Sólo en 1793, ya casi sin católicos en Escocia, se permitió oficialmente la libertad de culto a los católicos que hiciesen un juramento de lealtad a la corona británica. Después, con la Revolución Industrial, empezarían a llegar inmigrantes irlandeses, como los que fundaron el club de futbol Hibernian en Edimburgo o el Celtics de Glasgow.