La basílica de la Sagrada Familia se ha convertido en el edificio más emblemático de Barcelona y eso que todavía está a medio concluir. Esta catequesis de Gaudí hecha arquitectura atrae cada a año a millones de personas que contemplan su belleza y cómo Dios habla a través de ella.

Está previsto que las obras concluyan en 2026 quedando la Sagrada Familia mucho más majestuosa aún pero podría no ser así debido a las trabas que está poniendo el Ayuntamiento de Barcelona, dirigido por Ada Colau, socia de Podemos.


Según informa La Vanguardia, el templo podría no quedar tal y como lo había diseñado Gaudí. En varias ocasiones, desde el Ayuntamiento han despreciado el templo por su carácter católico e incluso el concejal de Arquitectura llegó a definir la basílica como una “mona de pascua”.

Ahora, en otra maniobra han querido dejar claro a los responsables del templo que las obras "no son una prioridad" para el Ayuntamiento, pese a ser el signo visible de la ciudad, y ha decidido dificultar la ampliación y construcción de la escalinata que nacería en la fachada de la Gloria y que debería llegar hasta la avenida Diagonal.



Allí hay unos edificios de viviendas que se construyeron pese a incumplir el Plan General Metropolitano pues ese terreno estaba destinado a la construcción del templo. Desde hace años, los vecinos sabían que serían desalojados de ahí y realojados en otro punto del barrio. De hecho, había una parcela para ello pero el Ayuntamiento ha decidido que no se construirán esas viviendas ahí por lo que no se podrá seguir con la ampliación de la basílica por esa vertiente.


Mientras tanto, desde el Arzobispado de Barcelona pretende aprovechar la visibilidad del templo para evangelizar a los alejados y a los millones de turistas que lo contemplan cada año. Mostrar su belleza ya habla de Dios pero además consideran que deben poner todas las facilidades espirituales para que así sea.

Los domingos por la mañana en la nave central de la Sagrada Familia se ofrece ya una misa que se celebra en cinco idiomas y son multitudinarias. Siguiendo un estricto control entran 700 personas sentadas y 2.000 de pie.

La Eucaristía de las nueve de la mañana se oficia en catalán, castellano, inglés, francés e italiano, sin descartar otros idiomas en función de la demanda. Desde el Arzobispado explican que habían detectado  una fuerte demanda de muchos fieles de entender y comprender la Sagrada Familia de una manera más allá que una visita a su arquitectura llegando hasta su espíritu más católico.