En los Estados Unidos no solo han sido los líderes pro-vida los que han alzado su voz contra el presidente Barack Obama por el anuncio del viernes con el que modificaba levemente el mandato que obliga a los empleadores -incluidos los de las instituciones católicas- a pagar seguros que incluyen fármacos anticonceptivos, esterilizaciones y abortivos.

También los obispos católicos de dicho país han expresado su rechazo al compromiso ofrecido por Obama respecto a las nuevas normas antinatalistas que atentan contra la libertad religiosa y de conciencia.

Pese a que al inicio consideraron que el pacto “iba en la buena dirección”, después de estudiar la letra pequeña del compromiso, la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos ha decidido impugnarla por “razones morales”. Los prelados han anunciado su decisión de ir a los tribunales y al Congreso para frenar el decreto.

Obama propuso el viernes una exención para la nueva norma que exige a los empleadores ofrecer gratuitamente a sus empleados fármacos anticonceptivos, abortivos y esterilizaciones. Tras recibir duras críticas de los obispos, asociaciones ciudadanas e incluso la de los candidatos republicanos a la presidencia en las próximas elecciones de noviembre, la Casa Blanca ofreció que las instituciones religiosas como hospitales y obras de caridad estén exentas de la obligación de suministrar anticonceptivos; pero en esos casos los empleados deben obtener ese servicio gratuito por parte de las aseguradoras privadas externas.

Los obispos norteamericanos consideran que la excepción sigue siendo “inaceptable” y algo que atenta contra la libertad religiosa. En el documento final de la Conferencia, los obispos señalan que el supuesto compromiso “tiene trampa”, porque las aseguradoras cobrarían siempre de algún modo los anticonceptivos a los hospitales, por lo que estos seguirían siendo “cómplices indirectos”.

Por su parte, la Casa Blanca ha declarado a través de un portavoz que el rechazo de los obispos al compromiso “era previsible” e indicó que la norma saldrá adelante, con o sin acuerdo con los representantes de las confesiones religiosas.