Desde el pasado jueves, la Iglesia católica cuenta con una nueva catedral. Y no es que le haya salido gratis (costó 57,5 millones de dólares), pero sí ha sido una oportunidad de oro porque es mucho más barato (un poco más de la mitad) que lo que le iba a costar construir una a la diócesis de Orange, en California.

El obispo Tod Brown había proyectado construir un templo con capacidad para 2500 personas, que se había hecho preciso por el incremento de fieles de la que es la décima diócesis más poblada de Estados Unidos. Pero cuando ya había dado los primeros pasos, surgió la oportunidad de pujar por la conocida como Catedral de Cristal, una espectacular construcción que se eleva en la localidad de Garden Grove y pertenecía a una comunidad protestante fundada en 1955. Se terminó en 1980 y todo su exterior estaba formada por diez mil paneles de vidrio, habiéndose así convertido en una atracción para curiosos, además de para los fieles del Doctor Robert H. Schuller y los miles de telespectadores que seguían al programa televisivo nacional La hora del poder que se emitía desde allí.

Pero la organización del doctor Schuller entró en bancarrota el pasado mes de octubre de 2010, con impagados de cincuenta millones de dólares, y a la subasta del templo acudieron varias instituciones. La diócesis de Orange venció a la Chapman University, que había asimismo mostrado interés, en el concurso de acreedores.

El obispo Brown ha lamentado las circunstancias de la adquisición y ha expresado su respeto por el anterior propietario, que según resolución judicial aún podrá utilizar durante tres años el edificio.

A partir de ahí comenzarán las reformas. Será centro pastoral y escuela parroquial, y además habrá que adaptar su interior para el culto católico: altar central, tabernáculo, baptisterio e incluso la "cátedra", esto es, la silla del obispo.

Aunque será difícil que sea conocida de otro modo que Catedral de Cristal, el nombre que llevará el templo será Catedral de Santa Ana.