Jesús García es escritor de best-seller de éxito como Medjugorje o ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?Recientemente se ha embarcado en un proyecto que ha desembocado en otro importante libro Proyecto Magdala, en el que habla del asombroso hallazgo en el que él también participó de una sinagoga del siglo I precisamente en el pueblo de María Magdalena y donde predicó Jesús.

La Contra de La Vanguardia ha querido conocer más esta obra y ha entrevistado a Jesús García sobre Magdala y su vecina más ilustre:
 

-Es la mujer más citada en los Evangelios, después de la Virgen María. Tenía un lugar principal junto a Jesús.
 
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-Pues no. Era una mujer pudiente de la alta sociedad judía, y ayudaba a Jesús.
 

-Dice Lucas 8,13 que Magdalena iba con otras mujeres ricas como “Juana, esposa del administrador del rey Herodes”.
 

-Al primer hombre que trataba a la mujer con respeto. Estuvieron al pie de su cruz... Y mujer es lo primero que dirá al resucitar.
 

- ¡Sí! “Mujer, ¿por qué lloras?”, le dice ante el sepulcro vacío. Y le encarga que cuente su resurrección: ¡ella abre la evangelización!
 

-Sólo sabemos que Jesús la sanó (de siete demonios) y ella le siguió. Eran muy amigos, se querían muchísimo.
 

- Una mujer llamativa, con iniciativa, liderazgo y carisma... que compartió con Jesús sus enseñanzas revolucionarias: ¡nadie jamás antes había afirmado que hay un estadio superior al de la justicia, al ojo por ojo judío.
 

- ¡El perdón! Sólo el perdón, más que la justicia, salvará a la humanidad de su violencia destructiva. Y Jesús osa predicarlo, como osa dialogar con mujeres... ¡y adúlteras!
 

- ¡Le mataron! La humanidad ha sido siempre machista y violenta. Pero él sembró la semilla de los derechos humanos. Y lo hizo en un lugar que he excavado con mis manos...
 

- ¡Magdala! ¡El pueblo de María Magdalena! A orillas del lago Tiberíades, también conocido como mar de Galilea.
 

- Sí, y navegó en barca, pescó, multiplicó panes y peces, exorcizó, predicó... Instalado en casa de Pedro, en la vecina Cafarnaúm, dijo: “Vamos a predicar a esas aldeas tan cercanas de la orilla”. ¡Magdala, a seis kilómetros!
 

- Afloraron las ruinas de Magdala en un terreno de la orilla en el que el padre Juan Solana, un sacerdote mexicano, construía una iglesia para peregrinos, en el año 2004. Y allí apareció la sinagoga, del siglo I, bajo arena durante dos mil años.
 

- ¡Me he sentado en las gradas de piedra en que él se sentó! Y he desenterrado una moneda de Herodes, de los días de Jesús: puede que con esa moneda María Magdalena comprase un pan.
 

- Una aldea rica gracias a la salazón, conservación y exportación del pescado del lago, situada en un cruce de la vía Maris.
 

- La ruta comercial que conectaba Egipto con Damasco, el delta del Nilo con la ruta de la seda. ¡Las enseñanzas de Jesús viajaban!
 

- ¡Sí! Jesús les enseña que para que Dios esté presente no necesitan irse al lucrativo templo de Jerusalén: “Donde haya dos o tres de vosotros, estaré entre vosotros”, les enseña.
 

- Los allí reunidos ( asamblea, en griego es ecclesia) eran a la vez, sin advertirlo, los últimos judíos y los primeros cristianos. ¡Y hacen allí algo blasfemo para el judaísmo!
 

- En el centro de la sala colocan una piedra cúbica... con ciertas imágenes esculpidas, como la menorá, candelabro de siete brazos que iluminaba el sanctasantórum, hermética estancia del templo de Jerusalén en la que estaba Yahvé...
 

- ¡Prohibidísimo representarlo! Pero en Magdala ya creen que Yahvé está entre ellos, que ellos reunidos son el templo. Y esa piedra transgresora así lo representa.
 

- La custodian las autoridades de Israel, pero es propiedad de la congregación del padre Juan, ¡que excavó en ese lugar a orillas del lago por un milagro de la providencia!
 

- Llegó por azar a ese terreno costero, vio que se vendía, le gustó para su congregación y buscó dinero... ¡una fortuna! Y se la dio un empresario mexicano: Antonio Fernández, el de las cervezas Modelo y Coronita.
 

- Nacido en España, con 20 años le enviaron al frente de Teruel. De 900 soldados, sólo sobrevivieron él y ocho más. Tras la Guerra Civil emigró a México, sin nada.Y le fue bien.
 

- Se lo pregunté al padre Juan, que a su vez sólo lo supo cuando Magdala salió a la luz...
 

- Don Antonio voló a Magdala y le dijo: “Al verle entrar en mi despacho, oí una voz: ‘Ayuda a este hombre’. Obedecí. Y ahora entiendo”. Y don Antonio le contó su historia...


Don Antonio Fernández acaba de morir en México, nonagenario. Tenía 20 años cuándo su superior le ordenó una misión en el frente de Teruel: pasar al otro lado a una chica. Partió a caballo con ella. Les mataron el caballo y se ocultaron bajo su cadáver, resistiendo un día de tiros. Oscureció y reptaron. A salvo, el joven vio en su capote ¡32 agujeros de bala! Toda su longeva vida sintió que había sobrevivido para algo más que hacerse rico. Octogenario, sintió que algo tenía que ver aquel sacerdote que le pedía una fortuna... Y lo supo el día en que su dinero... ¡desenterraba la cuna del cristianismo! Lo re­lata Jesús García en www.gospaarts.com.

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