Pero es un mago de los de antes y el público por los años sesenta ha cambiado. Es la época del incio de la música moderna y la televisión y a la gente le interesa más el rock & roll que cualquier ilusionista con sus pañuelos y su magia para niños... El protagonista sin embargo no cesará en su empeño de ir de un lugar a otro en busca de trabajo, desde París o Londres, hasta llegar a un pueblecito perdido de Escocia, donde una muchachita quedará encandilada con sus trucos.
 
Preciosa y tiernísima película dirigida con una impresionante maestría por Sykvain Chomet, quien en 2003 ya llamó la atención con Bienvenidos a Belleville. En este caso toma un guión original e inédito de 1956, escrito por el genio francés del cine cómico, Jacques Tati (19071982), y lo traslada a dibujos animados con resultados próximos a la obra maestra. No es casual ese apoyo en Tati, ya que todo en este film respira a ese genial cineasta, director de inolvidables películas como Día de fiesta o Las vacaciones del señor Hulot, desde la caracterización del protagonista -que es una traslación animada del propio Tati- hasta el humor propio de su cine, una comicidad basada en el gesto, en el slapstick, con ausencia prácticamente absoluta de diálogos (y ni falta que hacen). Se permite Chomet incluso un rendido homenaje a su mentor en una memorable escena en la que el mago entra en un cine donde están exhibiendo la genial película Mi tío... Y por supuesto hay una característica muy "tatiana" en el film: la bondad. No hay un solo personaje desagradable y las aventuras del protagonista y su pequeña amiga son de tal ternura, amor y sencillez que acaban siendo tumbativas hasta para el más escéptico.
 
La historia indaga en el fin de una época, la de la ilusión y la imaginación, un mundo pretérito donde los sueños podían hacerse realidad. El modo en que se muestra esa terrible conclusión es puro cine, pero también sorprende por su triste crudeza y su punto pesimista (y tan realista al fin y al cabo). De cualquier forma, el conjunto resulta memorable por la gran carga poética en numerosísimas secuencias e imágenes de gran belleza, con animación tradicional a base de dibujos sencillos y alargados que recuerdan un poco el estilo de Toulouse-Lautrec. Acompaña a todo una música muy adecuada y nostálgica creada por el propio Chomet, unos sonidos que retrotraen a tiempos de lánguidas trompetas de jazz o teclas pianísticas del compositor Erik Satie. Con todo merecimiento la película obtuvo la nominación al Oscar. (Decine 21)
 
Película para jóvenes.

 FICHA TÉCNICA
Título: El ilusionista
Director: Sylvain Chomet
Guión:
Sylvain Chomet, Jacques Tati
Año: 7 de octubre de 2011
Duración: 88 minutos