[En los meses de febrero-marzo de 2023 publicamos estos artículos sobre la más antigua comunidad de consagradas en la ciudad de Talavera de la Reina. En la página web del periódico local La Voz de Talavera, medio año después con motivo de la jubilación de mi buen amigo y excelente periodista y director del mismo, la cabecera del periódico ha decido hacer borrón y cuenta nueva... con la desaparición de todo el material publicado. Hasta que no lo publiquemos en papel, decidimos colgarlo en este espacio].

Junto a Madre Eugenia Pablo Esteban, Abadesa de las MM. Benitas de Talavera de la Reina [sobre estas líneas saludando al Papa] hemos preparado esta serie de artículos para dar las gracias a las generaciones de monjas cistercienses que con su presencia y su vida monástica han preservado la parte de la muralla mejor conservada en toda la ciudad.

EL MONASTERIO MÁS ANTIGUO DE TALAVERA

El monasterio de San Benito es el más antiguo de la ciudad de Talavera de la Reina y uno de los más antiguos de la Península Ibérica, como lo registran los más vetustos documentos de la ciudad. Según el Cronicón de Hauberto Hispalense (c. s. X), en el reinado de Atanagildo (s. VI), siendo obispo de Toledo Julián I, se fundó en Talavera un monasterio femenino, del que no se cita la Orden, construido a las afueras de la ciudad.

[Como todos recuerdan esta fue la primera fotografía de Talavera de la Reina de la que se tiene constancia. La tomó el galés Charles Clifford en 1857. Marcado con un círculo la espadaña del Monasterio de las MM. Benitas].

Fray Andrés de Torrejón, prior del monasterio de Santa Catalina de Talavera de la Reina, deja reflejado en el capítulo II de su libro La antigüedad, fundación y nobleza de la noble villa de Talavera (1646) que el monasterio primitivo estaría emplazado pasado el arroyo Bárrago, en la llamada Santa Apolonia, tierras de Mejorada.

Así mismo, Francisco de Soto, en el s. XVIII, se hace eco de los orígenes de este monasterio de San Benito en el Libro II, Capítulo XXV, de su Historia de la antiquísima ciudad y colonia romana Elbora de la Carpetania, hoy Talavera de la Reina (1722).

Lo más seguro es que el grupo inicial de las monjas siguiese alguna de las Reglas para monjas que eran observadas en la época, como la de san Isidoro de Sevilla. Algunos estudiosos sugieren el nombre de santa Florentina, hermana de san Isidoro, como posible fundadora de este cenobio.

[Un inciso antes de continuar para dar razón de los que dan por posible la fundación de santa Florentina de este monasterio de Talavera. En la Cartagena visigoda del siglo VI y más concretamente durante el reinado arriano de Toledo vivió un destacado noble, Severiano casado con Teodora. De ese matrimonio nacerían cinco hijos: Leandro, Fulgencio, Florentina, Isidoro y Teodosia. A mediados de siglo se trasladan a Sevilla, donde Leandro e Isidoro llegarán a ser arzobispos. Fulgencio será obispo de Écija y de Cartagena. Florentina está considerada una mujer de gran cultura, fundaría más de cuarenta monasterios. Los tres varones y ella misma están canonizados y se les conoce como los Cuatro Santos de Cartagena.

Finalmente, a una hora y media de Talavera de la Reina, en la parroquia de San Juan Bautista de la localidad cacereña de Berzocana se custodian los restos de santa Florentina y de san Leandro. Trasladados desde Sevilla y escondidos en Berzocana al comienzo de la invasión musulmana, fueron hallados durante el reinado de Alfonso XI en el siglo XIV].

[Esta lámina antigua nos muestra una talla de la Virgen María desaparecida, que llevaba por advocación la de Nuestra Señora del Destierro].

Posteriormente, la Regla de San Benito tomará la dirección de la mayoría de las comunidades monásticas, tanto masculinas como femeninas, entre las que se incluiría este monasterio.

En el año 1083, conquistada Talavera por Alfonso VI a los árabes, su mujer, Doña Constanza, donó una reliquia de la cabeza de san Antolín mártir a este monasterio, por lo que a partir de entonces tomará este nombre de “San Antolín de las Dueñas”.

El arzobispo de Toledo, D. Raimundo, dispuso en el año 1126 el traslado del Monasterio al interior de la ciudad, por haber quedado deshabitado el lugar que ocupaba. El edificio quedará anexionado a la muralla de la ciudad, como atestiguan las hornacinas que se encuentran en algunas partes de la misma.

En el año 1300 la comunidad adopta la floreciente reforma cisterciense, cambiando el nombre del titular del monasterio, que desde ahora será San Benito.

Diversos monarcas favorecieron esta comunidad con abundantes privilegios y rentas que le convirtieron en uno de los más ricos y poderosos de la archidiócesis toledana, llegando a contar con ochenta monjas.

[Parte de la comunidad despidiendo las reliquias de Santa Margarita María de Alacoque, el 17 de junio de 2005].